El 10 de noviembre asumió el cargo de cónsul de Hungría en Rumanía Mile Lajos. Su objetivo prioritario es fomentar la concesión de la nacionalidad húngara de los magiares de Rumanía.

fakepath\romania-ungariaFoto: Hotnews

Hungría sufrió tras el fin de la I Guerra Mundial una profunda herida en su orgullo nacional. Tras la firma del tratado de Trianón (1920) perdió dos tercios de su territorio y la mitad de su población en detrimento de otros países como Rumanía, Checoslovaquia, Croacia o Ucrania.

Se calcula que en la actualidad existe un número de magiares fuera de Hungría que oscila entre los 2 y los 3,5 millones. Las colonias magiares más numerosas son las de Rumanía (1,5 millones), Eslovaquia (medio millón) y Ucrania y Serbia (un cuarto de millón en cada país).

En mayo de 2010 el Parlamento húngaro aprobó –por 344 votos a favor, 3 en contra y 5 abstenciones- conceder la nacionalidad húngara a la población magiar de aquellos territorios perdidos, incluso aunque los beneficiarios de dicha medida no hubieran nacido e incluso nunca hubieran vivido en Hungría.

Las únicas condiciones exigibles eran probar el tener un antepasado húngaro, demostrar conocer el idioma húngaro y no tener antecedentes penales.

La medida promovida por Hungría provocó múltiples quebraderos de cabeza en varios países, tanto por el temor a un incremento de las tensiones étnicas como por motivos de índole jurídico. Por ejemplo, la ley de Eslovaquia prohíbe la doble nacionalidad, por lo que aquellos magiares eslovacos que solicitaran la nacionalidad húngara perderían la eslovaca, serían extranjeros en su propio país.

Desde 2011, 620.000 magiares de otros países han obtenido la nacionalidad húngara. Únicamente se rechazo la concesión de la nacionalidad a 60.000 personas, por los motivos expuestos anteriormente.

Las elecciones legislativas húngaras de abril de 2014 –en las que el FIDESZ de Viktor Orban volvió a arrasar consiguiendo 133 de los 199 diputados-, fueron las primeras en las que los recién nacionalizados de otros países podían solicitar el voto en las legislativas húngaras previa inscripción en un registro de residentes ausentes. De esos 620.000 recién nacionalizados, unos 200.000 se inscribieron y ejercieron su derecho al voto en Hungría.

El derecho a votar de estos ciudadanos magiares no es un tema baladí, y aún menos en el actual momento de deriva ultranacionalista promovido por Viktor Orban; esos 200.000 nacionalizados representan un 5% del padrón electoral húngaro –y podrían llegar a ser más del 20% en un futuro- y son en su mayoría favorables al partido gubernamental de Orban.

Por ello no deben sorprender las medidas de promoción de la nacionalidad de las autoridades húngaras en países vecinos, aun con el riesgo de provocar fricciones con otros gobiernos.

En este contexto es donde se inscribe la petición a los magiares de Rumanía de solicitar la ciudadanía húngara del nuevo cónsul de Hungría en Cluj, Mile Lajos.

Lajos solicitó la colaboración del gobierno rumano para incrementar su actividad de promoción de la obtención de la ciudadanía húngara. El pasado miércoles, en una conferencia de prensa en Cluj apuntó lo siguiente: “Respecto a la concesión de la ciudadanía húngara, el Consulado General hace esfuerzos en llegar a los seis departamentos (judete) de los que se ocupa y solicitamos el poder desarrollar nuestra actividad en aún más lugares del territorio rumano”.

Lajos también estableció cuál era el objetivo a corto plazo del gobierno de Orban: “El viceprimer ministro Semjen Zsolt ha fijado un objetivo: que hasta el fin de la legislatura en 2018 se llegue al millón de magiares que hayan obtenido la nacionalidad húngara”.

En lo que respecta a Rumanía, Lajos quiere llegar a las 1.000-1.500 solicitudes mensuales.