​En el congreso del enclave exsoviético de Transnistria, una región separatista de Moldavia de mayoría prorrusa incrustada entre una estrecha franja a lo largo del río Dniéster y Ucrania, que tendrá lugar el próximo 28 de febrero, se prevé adoptar una solicitud a Moscú para que la autodenominada República Moldava de Pridnestrovia se anexione a la Federación Rusa. Así lo aseguró el miércoles un opositor transnistrio Ghenadie Ciorba, citado por la agencia de prensa Infotag. Ciorba llama la atención sobre el hecho de que el debate se lleve a cabo precisamente un día antes del discurso del presidente de Rusia, Vladimir Putin, ante la Asamblea Federal. Incluso no descarta que "la orden sobre la organización de este congreso provenga del Kremlin".

Consiliul Suprem de la Tiraspol, TransnistriaFoto: Sergii Zarev / Panthermedia / Profimedia

En concreto, cree que el mandatario ruso "anunciará durante su alocución la petición ante los miembros de la Asamblea Federal, quienes deberán tomar de manera urgente la decisión de satisfacerla". El opositor asegura que la convocatoria de Tiraspol, capital de Transnistria, y la reciente protesta contra las nuevas medidas económicas por parte de Moldavia -como la imposición de unas tasas de aduana- tienen como objetivo demostrar que los habitantes de este enclave rebelde están en contra de las autoridades de Chisinau. "De aquí proviene la reciente declaración del ministro de Asuntos Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, como que Moscú no va a dejar desamparados a los ciudadanos que viven en Transnistria", recalcó el político. Ciorba instó a los diputados de la región separatista que no permitan que se tome esta decisión, ya que daría a Putin "el derecho legal para atacar el territorio de la República de Moldavia, incluida Transnistria, bajo cualquier pretexto".

También se dirigió a la presidenta la exrepública soviética, Maia Sandu, por su manera de abordar este conflicto congelado: "Su entorno la asusta constantemente con el hecho de que Rusia atacará el territorio de Moldavia, pero no ha tenido en cuenta el hecho de que la psicología de los actuales dirigentes de Rusia, especialmente Putin, es muy similar al de Hitler a finales de los años 30 del siglo XX; los intentos de reconciliar a personas como Putin sólo conducen a una cosa: aumentar el apetito del agresor", concluyó Ciorba. Inmediatamente después de conocerse la posible solicitud de las autoridades de Transnistria, Chisinau subrayó que "no hay motivos" para el deterioro de la situación en la región.

"La Oficina de Política de Reintegración sigue atentamente la situación en la región de Transnistria y está en contacto permanente con la Misión de la OSCE y otros socios internacionales. Según la información de la que disponemos, no hay motivos para creer que la situación pueda empeorar. Estamos convencidos de que Tiraspol es consciente de las consecuencias que asume en caso de medidas imprudentes", afirmó el departamento dependiente del Gobierno de Moldavia en un comunicado.

Unos días antes, el Instituto para el Estudio de la Guerra (ISW) advirtió de que Rusia ha diseñado un plan para desarrollar en un futuro próximo una operación de ataques híbridos en Moldavia. "Los funcionarios y representantes del Kremlin están tratando de crear condiciones informativas para justificar los posibles esfuerzos de Rusia destinados a desestabilizar a Moldavia e impedir su integración en Occidente", explica el think tank estadounidense, según el diario Ukrainska Pravda. Otros miembros del Ministerio de Asuntos Exteriores ruso, incluida la portavoz María Zaharova, han declarado anteriormente que Chisinau está intentando "estrangular" económicamente a Transnistria, impidiendo una solución diplomática al conflicto de Transnistria y enfrentándose a un descontento interno generalizado con las políticas del Ejecutivo moldavo.

Un bloguero militar ruso abordó recientemente la cuestión de Transnistria para promover constantemente las narrativas del Kremlin y afirmar que Moldavia se está "armando" para "reintegrar por la fuerza" Transnistria. El "milblogger" afirma que Rusia debe prepararse para enfrentarse a un supuesto ataque desde el otro lado del Dinéster. Recientemente, el Gobierno moldavo acusó a las fuerzas rusas de mantenimiento de la paz en Transnistria de realizar ejercicios y utilizar armas en la zona de seguridad moldava, violando los protocolos de la Comisión Conjunta de Control (JCC) de la OSCE.

Además, el Kremlin está llevando a cabo operaciones en el espacio informativo contra Moldavia muy similares a las que utilizó antes de sus invasiones de Ucrania en 2014 y 2022, presumiblemente para crear condiciones que justifiquen una posible futura escalada rusa contra Moldavia. Por su parte, el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, dijo el 14 de febrero que la Alianza Noratlántica no ve ninguna amenaza inmediata de ataques militares contra un miembro de la OTAN, pero señaló que existe un "riesgo constante" de ataques híbridos.