​​Cientos de personas se congregaron este domingo en el parque Izvor de Bucarest, frente al Parlamento rumano, para protestar contra la "vacunación obligatoria", un proyecto de ley que pretende vacunar a los niños contra la rubeola, hepatitis o el tétanos, y ante la posibilidad de implementar el denominado pasaporte de vacunación.

Protest anti-vaccinare in RomaniaFoto: Agerpres

Entre los manifestantes, muchos de ellos sin mascarillas, se encontraban los líderes del partido de extrema derecha, AUR (que significa oro en rumano), Claudiu Tarziu y George Simion. “El míting no es político… Desde hace tres años que llevamos organizando manifestaciones apolíticas”, señaló uno de sus líderes en las redes sociales.

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Los manifestantes, que ondeaban banderas de Rumania, consideran que tienen derecho a elegir si se vacunan y aseguran que el pasaporte de vacunación es “discriminatorio y viola las bases fundamentales de la Unión Europea sobre la libre circulación de los ciudadanos”.

“No contra la vacunas, pero sí por la libertad de decidir”, rezaba una pancarta de los iniciadores, la Alianza de los Padres y otras cuatro asociaciones: Pro Consumidores, Médicos por el Consentimiento Informado, el Pueblo Unido y Pro Decisiones Informadas. Todas ellas apoyaron el referéndum para cambiar la Constitución de forma que prohibiera el matrimonio entre personas del mismo sexo, una iniciativa que cayó en el saco roto al no superar el mínimo de participación exigido por la ley.

Al acto también asistieron sacerdotes religiosos que pedían que no se cerraran la iglesia durante la Pascua ortodoxa. La denominada “ley de vacunación obligatoria” fue aprobada en 2017 por el Senado, pero requiere que sea adoptada en el Congreso, algo que todavía no se ha hecho debido a las presiones de los grupos anti-vacunas.

En un sondeo publicado el pasado 8 de febrero, un 55% de la población se mostraba a favor de vacunarse, una cifra que ha ido subiendo conforme se inició la campaña de vacunación el 27 de diciembre.

Otras decenas de personas se manifestaron en Timisioara, donde el alcalde Dominique Fritz anunció hace unas horas el confinamiento de la ciudad, pero también en otras ciudades como Sibiu y Oradea.