Sólo ha pasado un mes desde que los rumanos han empezado a recibir la tarjeta sanitaria para que aparezcan quejas. Las monjas de un monasterio del norte de Rumanía las han rechazado a causa del chip que, según ellas, permite introducir datos al mismo diablo en un sistema informático de vigilancia.

Manastirea Sfintii VoievoziFoto: Hotnews

Otros la han devuelto porque, leído al revés, la palabra "Card" (tarjeta) significa "Drac" (Diablo).

Al final, todas las personas que se negaron han tenido que ceder porque, en caso contrario, no podrán recibir tratamiento médico el próximo año.

"No recibimos el chip con la tarjeta, es el final de la Biblia, nuestros datos pasan a manos de la maquinaria del demonio", dijo una religiosa a la cadena de televisión Pro TV.

Más de cinco millones de rumanos han recibido la tarjeta sanitaria pública.