Los dirigentes rumanos jamás desaprovechan una oportunidad de contrariar a los sículos, la minoría magiar. La “guerra de las banderas” que han librado recientemente el Gobierno central y algunas alcaldías de Transilvania tan sólo es el último episodio de la tensión contra la minoría de origen húngaro que alimenta Bucarest.

Steagul Tinutului SecuiescFoto: AGERPRES

En Francia, cerca de la frontera suiza, la cruz blanca sobre fondo rojo, la bandera del país vecino pero también vestigio del blasón histórico de Saboya, se encuentra en todas las esquinas y en algunas puertas.

En Rumanía, entre las murallas de la fortaleza medieval de Alba Iulia, construida hace cerca de 300 años por los austríacos, se produce “un golpe de Estado” cada semana, cuando se iza la bandera de los Habsburgo que la controlaban, así como la de los regimientos austriacos de artillería y de caballería. Muchas poblaciones de Transilvania han conservado, a veces incluso en los edificios oficiales, los viejos escudos de armas de la época en la que esta provincia pertenecía al Imperio austrohúngaro...

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