Al mismo tiempo que el Parlamento rumano debatía el borrador del presupuesto, un total de 23 ONeGés pidieron hoy a los parlamentarios que eliminen la financiación con dinero público a la Iglesia Ortodoxa y que esta suma se destinara a la educación, investigación y sanidad.

"El Estado concede cada año al culto religioso unos 540 millones de euros, una cantidad equivalente al 0,4% del Producto Interior Bruto de Rumanía (PIB), cifra reconocida por la propia patriarquía", explicó la carta abierta de los representantes de la sociedad civil.

"Recordamos que el retraso del pago estatal de los medicamentos se halla en el 0,3% del PIB", prosiguió la nota.

El vicepresidente de la Asociación Secular-Humanista de Rumanía, Toma Patrascu, señaló que pretenden substituir la subvención al culto del presupuesto a través de una contribución opcional, como se hace en Alemania".

La carta abierta fue enviada a los presidentes del Senado y Congreso, Crin Antonescu y Valeriu Zgonea; al primer ministro, Victor Ponta; y a los representantes de la Comisión Europea y del Fondo Monetario Internacional.