​Con los ojos fijos en el televisor, viendo las gigantescas aglomeraciones viales en la frontera greco-búlgara, Yiannis Laspas, propietario de un hotel en el norte de Grecia, cuenta las reservas anuladas para la temporada turística que se inicia después de tres meses de confinamiento. "El número de anulaciones se parece a un crash bursátil", lamenta este dueño de hotel de 37 años a AFP.

GreciaFoto: HotNews / C.P.

Más de 13.000 personas ya cruzaron desde el lunes la frontera greco-búlgara vecina, el primer punto de control carretero que las autoridades griegas abrieron desde el levantamiento de las restricciones contra la pandemia. "Veremos lo que se puede salvar de este año desastroso", confía Yiannis Laspas a AFP. "Nuestro único objetivo es sobrevivir", dice con preocupación.

Su negocio está en la península de Calcídica, uno de los destinos turísticos más populares para los europeos del este. Cerca de 100.000 cuartos de hoteles y apartamentos, que dependen en un 60% del turismo, son propuestos a los viajeros.

El año pasado, 1,5 millones de turistas provenientes de países vecinos de los Balcanes visitaron la región. Pero en la actualidad, la mayoría de los balnearios están vacíos. Muchos operadores de turismo temen el resurgimiento de la epidemia, que podría aniquilar la temporada.

"Los países balcánicos deben ayudarse"

En la vecina Albania, donde el turismo representa un 15% del PIB, los profesionales temen también un año desastroso tras la suspensión de las reservas de turistas polacos y escandinavos. Osvaldo Dallia, director del Gran Blue Fafa Resort, en Golem, en el mar Adriático, cuyas playas de arena blanca volvieron a abrirse, explica que los operadores esperan un cambio total del perfil de la clientela.

"El año pasado, los visitantes de los Balcanes representaban el 15% de la clientela. Este año, representarán entre 80% y 85% de los clientes", indica. "¿Por qué nuestros países de los Balcanes no se ayudan durante las vacaciones?", dice Diola Kryeziu, un estudiante de Prizren, en Kosovo, alojados en el hotel.

Menos afectado que otros países europeos por la epidemia del coronavirus, Grecia suma menos de 190 muertes. En Albania, solo hubo 38 muertos. Yannis Laspas, propietario de tres hoteles de 150 camas en Pefkohori, ciudad balnearia de Calcídica, registró hasta ahora una sola reserva, la de una familia de Rumania.

No hay "ninguna esperanza de alcanzar el número de reservas del año pasado", afirma resignado Yannis Laspas. "Pero si llegamos al 30%, podremos levantarnos y seguir", agrega esperanzado.

Pese a la autorización de abrir los hoteles en Grecia, la mayoría de establecimientos de Calcídica no retomarán sus actividades hasta el 1 de julio, cuando la perspectiva del retorno de turistas sea más clara.

"No nos derrumbaremos"

Para el reinicio de la temporada en Grecia el lunes, 15 km de aglomeración se formaron en la aduana greco-búlgara Promachonas, según la televisión pública griega ERT.

"Esperamos cuatro horas para cruzar la frontera", dijo Andrei Istrate, automovilista rumano de 36 años, que viaja con su familia.

"Con este sol, espero que el virus ya no esté más. No nos vamos a dejar derrumbar por el miedo", exclama el búlgaro Dancho Ivanov, que va con frecuencia a Calcídica.

Pero muchos automovilistas tuvieron que regresarse por no pertenecer a países de la Unión Europea, en medio de la confusión y la furia.

"Tras varias horas de espera, comprendimos que la única solución era regresarse y los niños estaban decepcionados y nosotros molestos y fatigados", se quejó Violeta, madre serbia que viajaba con sus tres hijos, en el periódico serbio Informer.

Centenares de serbios fueron informados a última hora por los guardias fronterizos griegos que no podrían entrar en Grecia hasta el 1 de julio, así como los ciudadanos de Albania y Macedonia del Norte.

Finalmente, el martes, permitieron pasar a los serbios. "Estoy contento de que esta pesadilla haya terminado", dijo Igor Milanovic al diario Vecernje Novosti, "y feliz de poder continuar mi viaje".