​Rumanía se despuebla. En los 27 años que han transcurrido desde el fin de la dictadura comunista, el país ha pasado de tener 23 millones de habitantes a sólo 19,7, una caída del 14 %, provocada principalmente por la emigración económica, que causa pérdidas millonarias y amenaza los servicios públicos, publicó el diario La Vanguardia, que recoge un reportaje de la agencia EFE.

Harta emigratiei romanilor: de unde au plecat si unde s-au stabilitFoto: Hotnews

Sólo el pasado año, el segundo país más pobre de la Unión Europea (UE) vio caer su censo en 110.000 personas. La ciudad de Brasov, en la región de Transilvania, es un claro ejemplo de esta tendencia.

En 1989 tenía 350.000 habitantes. Hoy tiene sólo 280.000 y es sólo una de las cincuenta ciudades rumanas que han perdido más del 20 % de su población en el último cuarto de siglo, según una estadística oficial que se conoció a finales de agosto. "La despoblación del país entra en una fase más avanzada y más dramática", explica Vasile Ghetau, director del Centro para la Investigación Demográfica de la Academia Rumana.

Desde la década de 1960 hasta el derrocamiento y ejecución del último dictador, Nicolae Ceausescu, en 1989, la población de Rumanía había crecido sin cesar debido a la imposibilidad de salir del país, la prohibición del aborto (única en el bloque comunista) y una cierta mejora de la economía y de las condiciones básicas de vida.

Tras la caída del comunismo, los rumanos comenzaron a salir del país en busca de mejores condiciones de vida, especialmente en países como Italia y España. Y eso a pesar de una constante mejora de la economía, al menos según las estadísticas.

Desde su entrada en la UE en 2007, el PIB rumano ha pasado de suponer el 48 % de la media comunitaria al 57 %. "Las principales causas (de esas mejora) son la diferencia de desarrollo entre antiguos y nuevos socios de la UE, las redes constituidas por los movimientos migratorios, que facilitan la circulación de personas, y la ausencia de una política europea común que optimice la inmigración", explica el sociólogo Dumitru Sandu.

Por ejemplo, el salario de un médico rumano es hasta seis veces más bajo que el de un facultativo en los países más ricos de Europa, lo que lleva también a muchos jóvenes a estudiar en el extranjero.

Según un sondeo realizado a finales de 2015 a rumanos de entre 16 y 35 años que habían emigrado y luego regresado, más del 90 % dice que se fueron buscando mejores salarios y oportunidades. Las consecuencias de esta sangría de población son muy graves.

"La pérdida constante de población acarrea problemas que van desde que haya un déficit de médicos, escasez de mano de obra cualificada, el envejecimiento de la población y un aumento de niños que se han quedado sin sus progenitores, a cargo de algún familiar cercano", subraya Sandu.

Actualmente, el 17 % de los rumanos tiene más de 65 años, cuando ese porcentaje era sólo del 10 % hace 25 años. Una estimación del diario económico Ziarul Financiar asegura que el Estado deja de ingresar unos 6.000 euros por año por cada trabajador que se ha marchado, tomando como referente un salario medio bruto de 500 euros al mes.

Según cálculos de la ONU, la población de Rumanía caerá otro 20%, hasta los 15,8 millones de personas, en 2045, y hasta los 14 millones de personas solo 15 años más tarde.

Para Sandu, la solución pasa por asegurar un crecimiento económico sostenible y por modernización la anticuada administración pública para eliminar las trabas burocráticas a la creación de empresas. Por su parte, el Gobierno ya ha anunciado que se aprobará un ayuda de 50.000 euros a aquellos rumanos que regresen a casa para emprender un negocio.