​El periodista Vlad Mixich entrevista al secretario de Estado, Adrian Pana, quien asegura que no se ha resuelto el problema de los medicamentos. Mixic recuerda que Ponta dijo que se esperara la gente antes de pedir su dimisión para que solucionara este asunto en dos días. Han pasado dos meses y la gravedad del problema sigue. Curarse de un cáncer es una lucha espinosa cada instante pero en Rumanía los pacientes deben arreglárselas para conseguir medicamentos algunas veces imposibles de encontrar en su país, y desplazarse al extranjero para obtener los tratamientos más eficientes en estos momentos.

Spital la standarde europene Foto: MedLife

En el segundo más país más pobre de la Unión Europea, hay una realidad sanitaria: los fármacos de última generación, más eficaces y mas costosos, son casi inaccesibles, por lo que muchos enfermos deben contentarse con tratamientos que se remontan a al menos cinco años. La insistencia de las asociaciones de pacientes en los últimos meses ha obligado al Ministerio de Sanidad a reconocer "los problemas de suministro para 20 medicamentos citostáticos", los más afectados siendo los que padecen leucemia y Linfoma Hodgkin, aunque no son los únicos.

La ley en Rumanía prevé asegurar el tratamiento gratuito a los enfermos de cáncer, independientemente de si han contribuido o no al sistema de prestaciones sanitarias. Sin embargo, “se ha llegado a esta crisis de medicinas por la incapacidad del Estado rumano de financiar los servicios que el mismo se ha comprometido a asegurar y sobre todo, por su incapacidad de gestionar la organización de estos servicios”, explica a EFE el periodista especializado en salud, Vlad Mixich

“La mayoría de los medicamentos son bastante baratos, pero la política del Gobierno consiste en imponer el precio más reducido de la UE para cualquier fármaco que compre de las farmacéuticas", advierte.

"A causa de estos precios mínimos, los distribuidores de medicamentos de Rumanía no tienen ningún interés en traer estos fármacos porque no obtienen beneficio,” ya que lo venderían al mismo precio que el de compra, prosigue.

El secretario de Estado de Sanidad rumano, Adrian Pana, justifica la falta de medicamentos específicos al señalar que Rumanía “no se puede permitir ofrecer caviar cuando no se tiene suficiente pan”. Declaraciones que desataron críticas por parte de las familias de los pacientes: “El cáncer requiere una lucha diaria sin poder bajar la guardia un solo día”, explica Ioana Popa, cuyo marido sufre Linfoma Hodgkin.

"Los que tengan los medios financieros no tendrán problemas para encontrar el tratamiento, los demás dependemos del destino", lamenta Popa. Además de los distribuidores privados, existe una compañía estatal que se encarga de la adquisición y distribución de medicamentos, la UNIFARM que, a su vez, es víctima de la burocracia.

Sorprendentemente, a principios de este año, UNIFARM anunció que de hecho en sus depósitos tenían parte de los citostáticos que faltaban del mercado, aunque seguían sin llegar a los hospitales y pacientes. "La distribuidora pública se declara incapaz de distribuir estos medicamentos entre los hospitales, mientras que estos aseguran que nadie les aporta los fármacos, pese a señalar al ministerio sus problemas", indica Mixich.

“Los hospitales no podían comprar los medicamentos directamente de los depósitos de la UNIFARM porque la Seguridad Social abona el dinero para los medicamentos en un plazo de 200 días después de la fecha de su adquisición", agrega el periodista. "La UNIFARM requiere el pago en efectivo por parte de los hospitales”, cuenta Mixich.

Mientras los hospitales, las casas de seguros y la UNIFARM están enredados en este complicado tejido burocrático, los enfermos continúan enfrentándose a su peor enemigo: el cáncer. Con un presupuesto que roza el 4,5% del Producto Interior Bruto rumano en 2013, frente a la media de un 10% en la Unión Europea, la sanidad pública se muestra incapaz de ayudar a los pacientes.

Muchos de ellos se gastan hasta varios miles de euros por mes para adquirir los medicamentos en el extranjero, en un país cuyo salario medio se halla en los 350 euros. Sin embargo, ante la falta de soluciones por parte de las autoridades, las asociaciones de pacientes buscaron soluciones como la “red de los citostáticos”, así denominada por Mixich, quien la presentó por vez primera ante la opinión pública.

“Existe una Web que cualquier persona puede visitar. Ahí encontrará una lista actualizada permanentemente. Si encuentra su medicamento en la lista, deberá llenar una ficha y podrá solicitar el medicamento en cuestión a la red de voluntarios, unos cientos ya en cada país de la UE”, indica el comunicador.

“Se buscarán los medicamentos en las farmacias europeas. Si el paciente está de acuerdo, el voluntario comprará con su dinero a base de la prescripción médica enviada por el paciente de Rumanía. Una vez llegado en manos del enfermo, se pagará el medicamento y se devolverá el dinero”, detalla Mixich. El Ejecutivo, encabezado por el socialdemócrata Victor Ponta, logró colocar un parche paliativo en enero: El Ministerio de Sanidad pidió un préstamo de 800.000 euros del Banco Nacional de Rumanía.

“Resulta insuficiente aprovisionar a los hospitales por uno o dos meses, se tiene que encontrar una solución durable”, subraya Olga Cridland, presidente de la Asociación Pavel, que se ocupa de niños que padecen el cáncer. En Rumanía, la tasa de mortalidad de cáncer supera los 180 casos por 100.000 habitantes en 2010, frente a la media de 166,9 en los Veintisiete, según el Eurostat.