Tras cuatro meses desde su llegada al Ejecutivo y un intento fallido de dimitir al presidente Traian Basescu, el primer ministro rumano, Victor Ponta, está siendo atacado desde dentro de las fronteras de su país como fuera de ellas, lo que ha provocado que la coalición Unión Social Demócrata (USL) se encuentre en un momento díficil antes de las elecciones legislativas de diciembre, cuya victoria está lejos de estar segura, relata la agencia Reuters.

Victor Ponta si Crin Antonescu Foto: AGERPRES

El socialdemócrata parecía que "tenía todo" cuando se convirtió en el primer ministro más jóven de la Unión Europea en mayo, alegrándose de su alianza con los liberales (Partido Nacional Liberal) y su mayoría parlamentaria y un apoyo de más del 60% de la población en los sondeos.

Ahora, aquellos que deberían representar un cambio en el seno del partido se hallan en una situación complicada.

En lugar de ocuparse de numerosos problemas del segundo país más pobre de la UE, el mandato de Ponta hasta ahora ha dominado el intento de su partido de echar a Basescu de su cargo, lo que ha causado un conflicto jurídico, preocupaciones desde Bruselas y desconfianza por parte de los inversores.

Cinco años después de su ingreso a la Gran Familia, Rumania ha progresado lentamente bajo una serie de gobiernos que han durado poco tiempo, draconianas reformas económicas y una sempieterna lucha contra una corrupción expandida por todos los espectros de la sociedad.

Los problemas básicos que la mayoría de los estados europeos han superado en varios decenios, como el suministro de agua a todos los ciudadanos, siguen sin resolverse.

Muchos rumanos se sienten apartados de la UE. Bruselas controla el respeto al Estado de derecho en Rumania y las medidas anticorrupción, mientras el país continúa sin ingresar en el espacio Schengen.

"Esperamos que después de las elecciones de diciembre la controversia política termine y las autoridades se centren en mejorar la situación económica", declaró Grzegorz Konieczny, director del Fondo de Propiedad, una entidad de 3,4 millones de euros que tiene acciones en decenas de compañías rumanas.

Ponta, ex fiscal y aficionado piloto de rally, cumplió hace una semana 40 años. Llegó al poder tras una moción de censura que derrumbó al Gobierno de Mihai Razvan Ungureanu, de centroderecha.

Traian Basescu

Traian Basescu

Foto: HotNews / DP

El nuevo Gabinete de USL, una unión frágila, emitió 40 leyes de urgencia en los dos primeros meses, pasando por el Parlamento y limitando el poder de la Corte Constitucional.

Ponta acusó a Basescu, un ex marinero de la flota rumana, que ha bloqueado las políticas del Gobierno y que ha ignorado la corrupción.

USL utilizó su mayoría parlamentaria para suspender al jefe del Estado e inició un referéndum para destituir de su puesto en julio. De los electores que acudieron a los colegios, un 88% apoyó la dimisión pero la presencia se quedó en el 46%, por lo que el Tribunal Constitucional no validó el plebiscito y el presidente recuperó sus funciones.

Mientras las tensiones entre el Gobierno y los jueces se intensificaban, el Consejo Europeo declaró que el Tribunal Constitucional pidió ayuda para proteger a la institución de las presiones políticas.

Ponta intentó presentar los incidentes como consecuencia de las disputas internas: "No me gustan aquellos que se marchan a Bruselas o Estrasburgo a denunciar esperando que los van a ayudar en casa y, además, no creo que tengamos que enfrentarnos a la Comisión Europea respecto a la guerra doméstica".

Las discusiones con Basescu y la Corte Constitucional afectaron a la confianza extranjera. "Recuperar la credibilidad perdida con los socios extranjeros no será fácil ni rápida", señaló un diplomático europeo.

Las tensiones han levantado dudas entre los inversores en cuanto al compromiso de Bucarest sobre las reformas necesarias para recibir el préstamo de 5.000 millones de euros del Fondo Monetario Internacional (FMI).

Adrian Nastase

Adrian Nastase

Foto: Hotnews

En cuanto al caso del ex primer ministro Adrian Nastase, fue una señal evidente de que Rumania se está tomando en serio la lucha contra la corrupción. Su encarcelación pudo desembocar que Ponta quisiera apartar a Basescu de la vida política, según los expertos.

Con 19 parlamentarios de la alizana de Ponta y otros tantos de las formaciones políticas de la oposición, ambos partidos quieren manternerse alejados de la cárcel, mientras que la UE controla el nombramiento del fiscal jefe y el máximo encargado del departamento de anticorrupción.

USL podría formar una mayoría parlamentaria en los comicios del 9 de diciembre, pero el fallido intento de la dimisión de Basescu ha afectado a la popularidad, que ha bajado hasta el 50%.

La distancia entre los socialdemócratas de Ponta y los liberales conducidos por Crin Antonescu se profundiza. Ponta advirtió a los miembos de su partido que se reserven sus opiniones o arriesgan a ser excluídos durante la carrera electoral.

"Junto a PNL hemos fracasado, de modo que la coalición ha fallado; y Antonescu está visto como el principal culpable", explicó un socialdemócrata.

"Somos conscientes de que, estando tan cerca de las elecciones, tenemos que mantenernos unidos, lo queramos o no", precisó otro diputado de USL.