El nuevo presidente electo de Rumanía, Klaus Iohannis, ha alertado de que un grupo de diputados del partido del primer ministro, Victor Ponta, podría abandonar la coalición gobernante a lo largo de las próximas semanas, lo que podría hacer caer el Gobierno en 2015.

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Iohannis, de 55 años, derrotó a Ponta, de 42 años, en las elecciones presidenciales de principios de este mes tras hacer una campaña electoral centrada, principalmente, en la lucha contra la corrupción.

En una entrevista con Reuters, Iohannis ha mostrado sus temores a que se produzcan deserciones entre las filas del partido socialdemócrata de Ponta y sus aliados, unas salidas que provocarían la pérdida de la mayoría del 65 por ciento para gobernar y que ahora ostenta.

"Todo el mundo quiere estar en el lado ganador. Por lo tanto, es posible que durante las próximas semanas o meses tengamos cambios en el Parlamento", ha lamentado Ioannis desde la sede de su formación política, el Partido Nacional Liberal, en Bucarest.

"Por ello, es posible que durante 2015 tengamos movimientos que puedan dar la mayoría a la oposición, que se usaría para cambiar el Gobierno", ha añadido. Ahora Iohannis se ha comprometido a derrocar al gobierno de Ponta.

Profesor de física e inspector de escuelas, Iohannis se convirtió en alcalde de Sibiu en 2000 y ayudó a transformar una ciudad en ruinas en lo que fue anteriormente: un centro turístico del país y pintoresco.

Ahora, como presidente de Rumanía, ha prometido un enfoque y unas relaciones más conciliadoras con la oposición que las que adoptó el presidente saliente, Traian Basescu, que amenudo se peleó con Ponta.

"Tengo que ser muy claro aquí, es obvio que el primer ministro y yo tuvimos una competición y se ha hecho mucho daño", ha explicado Ioannis. "Pero la competición ha terminado, tenemos un ganador y tenemos un país que gobernar", ha añadido.

El primer momento de enfrentamiento entre ambos políticos se puede producir con la aprobación de los presupuestos para 2015, momento en el que Ponta tendrá que equilibrar el objetivo de déficit fiscal y cumplir su compromiso de subir las pensiones, promesa que hizo durante la campaña.

"Obviamente es muy difícil construir un presupuesto con un déficit del 1,4 por ciento, que es el objetivo". "Por otra parte, no estoy a favor de nuevos impuestos, por lo que el Gobierno tiene una tarea muy difícil y sólo puedo esperar a que lleguen a un proyecto decente", ha dicho el presidente.

Otro punto de enfrentamiento se produjo cuando Iohannis, nada más ser elegido presidente, consiguió que se revocara un polémico proyecto de ley de amnistía para los políticos que cumplían condena por casos de corrupción.

"Quiero cambiar la forma de hacer política en Rumanía. Esto significa menos espectáculo y más soluciones para el país", ha anunciado. "Pero vamos a ir paso a paso. No es posible cambiar la clase política o la forma en que el país se ejecuta durante la noche, en una semana o en un año", ha concluido.