El presidente electo de Rumanía, Klaus Iohannis, ha instado este lunes al Parlamento a que deseche un proyecto de ley de amnistía para los corruptos y cumplir así una de sus promesas de campaña y calmar los temores de la Unión Europea. Iohannis, de 55 años, había prometido durante su campaña electoral luchar duramente contra la corrupción para salvaguardar la independencia del sistema judicial de Rumanía.

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Esta previsto que jure como presidente de Rumanía en diciembre tras haber derrotado al primer ministro Victor Ponta en las urnas este domingo en la segunda vuelta de las elecciones presidenciales, un resultado que, según los analistas, dividirá los poderes ejecutivos del país.

"Voy a demostrar que Rumanía es un socio serio, creíble y a largo plazo", ha prometido Iohannis en una rueda de prensa.

La Unión Europea ha expresado en varias ocasiones su preocupación por la falta de políticas y medidas que aborden ampliamente la lucha contra la corrupción en Rumanía y Bulgaria, sus dos miembros más pobres. Ambos se han mantenido fuera de la zona Schengen desde que entraron en la UE en 2007.

Durante la campaña, Iohannis aprovechó las críticas de la sociedad sobre un proyecto de ley de 2013 que permitió la amnistía en ciertos casos criminales, proporcionando un escudo judicial para algunos políticos.

Además, se comprometió a llevar a cabo reformas en el sistema sanitario y educativo, así como económicas para crear un clima de negocios atractivo para los inversores extranjeros.

Pero Iohannis como presidente tendrá que hacer frente a una mayoría parlamentaria hostil que podría causar más disputas políticas. La primera: acordar los presupuestos para el 2015.

Iohannis se impuso el domingo a Ponta por casi diez puntos porcentuales en la segunda vuelta de las elecciones presidenciales. Aunque Ponta ha reconocido su derrota, ha reafirmado su intención de continuar en el cargo de primer ministro y de agotar la legislatura, lo que ocurrirá en 2016.

"Queridos rumanos, habéis estado fenomenales hoy. Hemos presenciado una participación masiva. Todo mi respeto para la diáspora", dijo Iohannis frente a los miles de seguidores que se concentraron en Bucarest para celebrar su victoria.

La victoria de Iohannis y su acceso al cargo de presidente del país, un cargo con importantes competencias, pone al país ante una difícil cohabitación en la que el Parlamento está controlado por el Partido Socialdemócrata de Ponta.

En Rumanía, el presidente tiene influencia en el Ejecutivo a través del nombramiento del primer ministro, los jueces y los fiscales. Además, puede bloquear las propuestas del Gobierno.