El primer ministo de Rumanía, Victor Ponta, y el presidente, Traian Basescu, han mostrado en público sus diferencias en pleno proceso de negociaciones para la creación de una nueva coalición gobernante. Ponta trata de recomponer el Ejecutivo tras la salida de los liberales, sus principales socios.
El primer ministro quiere establecer un nuevo Gobierno con la ayuda de nuevos aliados, pero Basescu ha puesto en duda la legitimidad de Ponta. El domingo, en declaraciones a la cadena PRO TV, el jefe de Estado advirtió de que no aprobaría ningún Ejecutivo contrario a su "conciencia" y con "dudas".
En este sentido, adelantó que hablaría con "expertos legales" y dejó abierta la puerta a acudir al Tribunal Constitucional de cara a posibles bloqueos.
Ponta, por su parte, ha calificado de irresponsables estas palabras y ha advertido de las repercusiones que puede tener la postura de Basescu en la confianza de los inversores. La crisis política amenaza con complicar las reformas económicas en un país que aún debe emprender una serie de medidas como parte de la ayuda de 4.000 millones de euros acordada con el Fondo Monetario Internacional.
