​El presidente conservador de Rumanía, Traian Basescu, designó ayer como primer ministro a su gran rival político socialdemócrata, Victor Ponta, alejando así el temor a otra crisis política en el segundo país más pobre de la Unión Europea. El malestar de Basescu por la decisión le llevó incluso a evitar designarlo en persona y presentar al jefe del Gobierno a los medios de comunicación, dejando esa tarea a su oficina de prensa. La Unión Social Liberal (USL) obtuvo una clara mayoría absoluta en las elecciones legislativas del pasado 9 de diciembre, mientras que la formación de centroderecha que respaldó Basescu se derrumbó por el malestar contra sus políticas de austeridad.

Rajoy y PontaFoto: La Moncloa

"Debido a que ha existido una sola propuesta por parte de los representantes de los partidos políticos y de las minorías nacionales del Parlamento de Rumanía, el presidente Traian Basescu ha nombrado a Victor Ponta como legítimo candidato a la función de primer ministro", señaló la presidencia en un lacónico comunicado. La coalición gubernamental de la USL cuenta con los escaños necesarios para investir a Ponta como primer ministro para continuar con las reformas estructurales en un año que se vaticina complicado para la UE.

"La consulta ha sido como debía: corta y civilizada", indicó Ponta en los pasillos del Parlamento, el mastodóntico edificio construido por el dictador Nicolae Ceausescu antes de que cayera su régimen en diciembre de 1989. El flamante primer ministro se mostró comprensivo con la decisión de Basescu de cancelar la rueda de prensa en la que tuvo que haber presentado su decisión: "Así me lo ha propuesto el presidente y así creo que era lo mejor". El presidente había sugerido que no designaría como primer ministro a Ponta, a quien ha calificado de "mentiroso" y ha acusado de ocultar sus verdaderas intenciones y de haber violado la Constitución.

"Querría que fuera una persona que siempre haya respetado la Constitución, el Estado de derecho y los principios políticos con los que la Unión Europea funciona", ha venido repitiendo Basescu, en alusión al infructuoso plebiscito contra el presidente durante el verano. Dos meses después de su llegada al poder tras una moción de censura en junio, la USL trató de destituir al jefe de Estado con un controvertido procedimiento que levantó críticas en Bruselas y Washington. Ponta reveló que el nuevo Gabinete estará conformado el próximo jueves para que se proceda a la investidura el viernes, antes del día de Navidad. Ahora se abre la incógnita de la cohabitación entre Basescu, cuyo mandato termina en 2014, y Ponta, que esta vez goza de la legitimidad de los rumanos tras lograr casi el 60 por ciento de los votos en los comicios.

El presidente no ahorró críticas en campaña por un supuesto plagio en la tesis doctoral del primer ministro, a quien calificó de "hombre pequeño", "mitómano" y "gatito" por su debilidad política. Prisionero de los acuerdos sellados con el Fondo Monetario Internacional y la UE, el Gobierno del USL tiene las manos atadas para cambiar la dirección de la política económica de Rumanía, el segundo país más pobre del viejo continente. Así, se continuará con el proceso de las privatizaciones de la mayoría de las empresas estatales, así como de un segmento del sistema sanitario, a pesar de que fue el detonante de unas duras protestas en enero.