Rumanía cierra ayer la campaña para las elecciones parlamentarias del domingo, marcadas por el duro enfrentamiento entre el presidente del país, el conservador Traian Basescu, y el actual primer ministro, el socialdemócrata Victor Ponta. Todos los sondeos otorgan una clamorosa victoria, con mayoría absoluta, a la coalición gubernamental de la Unión Social Liberal (USL), compuesta por el Partido Social Demócrata (PSD) y el Partido Nacional Liberal (PNL).

Traian BasescuFoto: Presidency.ro

Solo una encuesta da posibilidades a la Alianza Rumanía de Derecha (ARD), pero este sondeo fue realizado por esa misma formación. Así, la campaña ha estado dominada por Ponta y sus seguidores, pero su vaticinado triunfo abre las puertas a un estancamiento político si tras los comicios el presidente se niega a darle a Ponta el encargo para formar el nuevo gabinete. "Los partidos políticos no han logrado una campaña electoral que parta de premisas reales", se lamentó hoy Basescu.

"El nuevo premier debe tener un perfil proeuropeo con capacidad de obtener una mayoría y responder a las realidades del país", añadió el jefe del Estado en declaraciones televisadas.

Por su parte, Ponta se congratuló este mismo viernes de que "el USL consiguió poner el hocico entre las patas de Basescu". Ante lo que se pronostica como fiasco de los candidatos de la ARD, auspiciada por Basescu, el jefe de Estado, que en su cargo no puede pertenecer a ningún partido, ya se había lanzado en tromba al acusar al primer ministro de corrupto de cara a los comicios.

"El actual Gobierno conducido por Ponta está predispuesto al fraude electoral", dijo recientemente. Sin programas políticos definidos de izquierdas ni de derechas, Basescu y Ponta se enzarzaron en nutridas diatribas ante unas elecciones halladas bajo la atenta mirada de Bruselas, que deberá decidir en breve el calendario de acceso de Rumanía al espacio Schengen y seguir trabajando para desbloquear los fondos europeos. El fantasma del dictador Nicolae Ceausescu, fusilado el día de Navidad de 1989, apareció durante los últimos días de campaña electoral con sendas comparaciones con el sátrapa.

Después de que Basescu comparara a Ponta con el dictador al acusarle de decir una cosa dentro del país y otra en Bruselas, Ponta dijo que el presidente "está como Ceausescu, desesperado y en contra de todo el mundo". En un Estado con numerosos servicios secretos, que mantienen las antiguas costumbres de la Securitate -policía política del régimen estalinista rumano-, las recriminaciones por haber formado parte de un servicio de información están al orden día como manera de chantaje, sobre todo entre los políticos.

"Digo públicamente y sin reparo que no he sido ningún informador, ni oficial de la Securitate ni de los Servicios de Inteligencia Externos", se defendió Basescu frente a la acusación de Ponta sobre una conversación que supuestamente habría sostenido con un antiguo miembro de la Securitate y presunto excompañero del presidente. La campaña ha conllevado un incremento de aversión entre los electores de un bando y otro, propulsado por los reproches entre el presidente y Ponta.

Según el director de la empresa de sondeos CURS, Catalin Stoica, "los amigos se enojan incluso en las redes sociales y continuarán enfadados después de las elecciones, mientras que los políticos acercarán sus posturas", Por otro lado, el experto recordó que "el voto uninominal ha provocado que muchos candidatos se presenten lejos de sus ciudades natales o de residencia para lograr una victoria segura, por lo que no necesitan afanarse durante la campaña". Si se cumplen los sondeos, USL podrá proponer a Ponta como jefe del Gabinete una vez más, pese a que Basescu se niega a designar al líder socialista a quien califica de "gatito" y "mitómano".

"Si no respeta la ley, será sancionado y no con una multa sino con la suspensión", amenazó el expresidente interino, Crin Antonescu. "Basescu puede venir con alguien de fuera de la política y, al tercer intento, el Parlamento debería investir a la persona propuesta, puesto que son conscientes de que no pueden embarcarse en otras elecciones", advirtió el responsable de CURS.