¡Victoria, Victoria! Vitorearon numerosos votantes congregados este domingo por la noche en la sede de la formación de la proeuropea Maia Sandu tras ganar de manera clamorosa en la segunda vuelta de las elecciones presidenciales en Moldavia, frente al presidente prorruso Igor Dodon.

Maia SanduFoto: SplashNews.com / Splash / Profimedia

Con el 99,07% de los sufragios escrutados, Sandu obtuvo el 57% de los votos, mientras que Dodon consiguió el 43%, lo que supone un cambio en la jefatura del Estado de esta ex república soviética que oscila desde hace años entre ambiciones europeas y el acercamiento a Moscú.

“Vamos a construir paso a paso el país que os he prometido. La primera tarea pasa por unir a la sociedad en temas comunes”, declaró Sandu tras conocer su triunfo que la convierte en la primera presidenta de Moldavia.

Esta victoria de Sandu resulta una mala noticia para Rusia, que ya ve cómo gobiernos aliados en Bielorrusia o Kirguistán se confrontan a intensos movimientos de protesta, cuenta AFP.

Esta pequeña antigua república soviética, que se ha visto amputada de una parte de su territorio, Transnistria, controlada por los separatistas prorrusos, siempre ha estado bajo la influencia de Rusia, pese a independizarse en 1991.

"Haremos todo lo posible para evitar la desestabilización", declaró el domingo el presidente saliente Dodon, de 45 años, cuyo primer mandato de cuatro años se vio salpicado por acusaciones de corrupción.

"Hoy tenéis el poder de castigar a aquellos que os robaron, que os redujeron a la miseria y os obligaron a abandonar vuestras casas", declaró la candidata tras haber votado el domingo en la capital Chisinau.

Rol clave de la diáspora moldava

Sandu, de 48 años, ya había dado la sorpresa al liderar el escrutinio en la primera vuelta de la contienda presidencial, celebrada el 1 de noviembre, al recabar el 36% de los votos frente al 33% de Dodon, gracias al apoyo sin precedentes de los electores que votaron desde el extranjero.

Dodon, sorprendido por este revés, había pedido en vano a los electores a "movilizarse" el domingo y manifestarse el lunes para "proteger" la "victoria". Tras el 85,61% de los sufragios escrutados de los emigrantes moldavos, Sandu logró el 92,39% de los votos y Dodon sólo el 7,61%.

Ayudado, según la prensa, por asesores de comunicación rusos, Dodon multiplicó los ataques verbales contra el campo de su rival, "una banda" que ha "superado los límites" y merece "un puñetazo en el rostro".

Por su parte, Sandu, jefa del Partido Acción y Solidaridad (centroderecha), ha prometido una lucha sin cuartel contra la corrupción, "problema principal" de este pequeño país de 3,5 millones de habitantes, encajonado entre una Ucrania con ambiciones prooccidentales y Rumanía, miembro de la Unión Europea.

El papel de la diáspora, que representa según estimaciones hasta un 40% de los ciudadanos moldavos y que suele ser más afín a los partidos de centro-derecha, puede tener un rol clave en los comicios, según el centro de análisis estadounidense Atlantic Council.

Unos 258.000 moldavos que residen en el extranjero participaron en esta segunda vuelta, mientras que en la primera fueron 150.000. La participación total alcanzó el 52,7%, casi diez puntos más que hace dos semanas.

Riesgo de revuelta

Moldavia es uno de los países más pobres de Europa y en 2015 se vio sacudido por la desaparición de mil millones de dólares de tres bancos nacionales, el equivalente al 15% del PIB.

Como forma de apoyo a Dodon, Rusia ha prometido ayuda financiera a Moldavia, cuya economía, muy dependiente de la agricultura, ha recibido un duro golpe este año por la sequía.

Unos cuarenta centros fueron habilitados para los habitantes de Transnistria, generalmente favorables a Dodon. Los observadores advirtieron del riesgo de fraudes en estos centros.

Sandu recibió el apoyo de Bucarest mientras que Moscú apoya explícitamente a Dodon y acusa a los occidentales de injerencia y de orquestar "un escenario revolucionario" para Moldavia, que ya ha vivido protestas postelectorales.

Tras los movimientos de protesta contra sus aliados en Kirguistán y Bielorrusia, Rusia está muy atenta a lo que ocurre en Chisinau.

"Independientemente de que gane Sandu o Dodon, habrá protestas, a nuestro pueblo le gusta", declaró a la AFP Sandra, una comerciante de 56 años y electora del presidente saliente.