Gagauzia es un territorio autónomo poblado por 160.000 habitantes, en su mayoría “gagauzos” o turcos cristianizados descendientes del imperio otomano. A diferencia de los eslavos del Transdniéster, los gagauzos parecían integrados en Moldavia, hasta que la renacida pugna Este-Oeste lo desbarató todo, relata Pilar Bonet deEl País.

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El 2 de febrero, Gagauzia celebró un referéndum (ilegal según las autoridades de Chisinau) donde cerca del 97% de los votantes se pronunciaron por la integración en la Unión Aduanera, el grupo de países organizados en torno a Rusia, y otros porcentajes semejantes se manifestaron en contra de la UE y a favor de reservarse el derecho a la secesión de Moldavia, si este país pierde la independencia, lo que para los gagauzos quiere decir si se integra con Rumanía, aunque sea con Bruselas de por medio.

Mijaíl Formuzal, el "bashkán" (jefe) de la autonomía, prefiere Moscú, -ese repentino comprador de los vinos locales- a Europa. Este continente, según él, ha degenerado y ya no es la región próspera y capaz de liderar del pasado. “Además, la mitad de los gagauzos tienen pasaporte búlgaro, así que ya están en la UE”, afirma, mientras se apresta a recibir al embajador ruso en Moldavia, cuya comitiva avanza ya desde Chisinau, haciendo ondear la tricolor por la carretera jalonada de explotaciones agrícolas arruinadas.