"Desde la cárcel de Burgos sacaban información en papeles de fumar y nos la hacían llegar a Rumanía", recuerda.Antropóloga y directora de la Escuela de Trabajo Social de la Universidad de Oviedo, Capellín fue locutora de La Pirenaica a mediados de los años setenta, publica el diarioEl Levante.

¿Cómo llegó usted a radio Pirenaica?

Yo tenía 24 años y me había exiliado a Suiza por cuestiones políticas. Aunque no tenía experiencia en radio, el PC me ofreció colaborar y acepté. Yo era una joven comunista clandestina y me parecía fascinante colaborar en una emisora que para nosotros era mítica, y además conocer Rumanía, donde estaba entonces la radio.

¿Cómo trabajaban para difundir lo que ocurría en España?

Teníamos fuentes más o menos oficiales con el apoyo del régimen de Rumanía. Recibíamos revistas españolas, como Triunfo y Cuadernos para el Diálogo, pero también de las adeptas al régimen. Nuestra tarea era leerlo todo y extraer de ahí lo que nos interesaba. También llegaba mucha información de la resistencia desde dentro del país. Manifestaciones en Euskadi, juicios de ETA o temas de amnistía los dábamos con una diferencia de minutos. La resistencia internacional llamaba directamente. Había mucho amigo de la Pirenaica, muchos de ellos brigadistas internacionales.

¿Y cómo eludían el control del franquismo?

Pues por ejemplo llamaba alguien desde una cafetería de España a París, y desde ahí otro lo mandaba a Rumanía y en cinco minutos lo contábamos en las ondas. Desde la cárcel de Burgos salía información sobre torturas o castigos en papel de fumar finísimo metido en el borde de un vestido o en un alimento. Yo, por ejemplo, vi las declaraciones de las 13 rosas en los papeles que llevaron en la ropa antes de morir. Lo malo de este sistema es que sólo teníamos una versión, entusiasta, pero parcial.

¿El contenido era sólo político?

Al principio sí. Consignas políticas, entrevistas a líderes comunistas e intelectuales, etc. Luego se recogía también a otros grupos sociales. En mi época conseguimos poner música, mucha canción protesta.

¿Eran conscientes de lo importante que era La Pirenaica para miles de personas?

Éramos conscientes de la enorme importancia que había tenido cuando yo era una niña. Cuando yo estaba allí había ya había mucha información dentro del país.

¿Qué retransmisión recuerda con más emoción?

Los últimos ejecutados por Franco.A mí me dolió mucho ver a mucha gente que esperaba volver a España y murió antes de que le llegara la amnistía. Y la salida de presos la celebrábamos con mucha alegría.

La emisora dejó de emitir en 1977, ¿ya no tenía sentido?

Ya no encajaba en este país. Pasó como con mucha gente que en el exilio tenía idealizada España y al volver vio que no respondía a sus sueños. Algunos soñaban que La Pirenaica tendría su espacio o el PC tendría más éxito, y no fue así. La emisora dejó de tener sentido.