La relación de la prensa española con Rumanía es la de quien quiere hablar de algo pero no sabe por dónde empezar. Rumanía no se conoce en España. Ni hasta ahora ha habido ganas de conocerla. Se habló mucho de Rumanía en el 2006 y 2007, cuando con la entrada del país en la Unión Europea se la suponía destino de una lluvia de millones, sin fin, destinada a compensar la posible desaceleración del ladrillo en España. Rumanía era un solar en construcción y la prensa así lo reflejaba.

José Miguel ViñalsFoto: Hotnews

Pero lo único sin fin fue la crisis, y Rumanía se convirtió en un consuelo a nuestros ibéricos males, un “ellos están peor”. En el 2009 me contactaron de un programa de televisión que hacía un reportaje sobre este país. Sus ideas eran claras: “nos interesa hablar de gitanos, prostitución y pobreza. Es lo que vende”. Mi negativa a ello y deseo de mostrar la cara amable del país me relegó a sólo 2 minutos de programa de una grabación de todo un día. La periodista me confesó “de hecho mis jefes no te querían sacar, querían morbo y tú no lo das”. Así de pronto, gastada la brillante pátina de la especulación inmobiliaria, en España sólo se vio la roña. Rumanía fue paria, anatema, maldición, un “¿qué haces ahí, perdiendo tu vida y tu tiempo?”.

Pero de nuevo está cambiando la situación. El “ellos están peor” es difícil de mantener en un país con el 25% de paro. Dar tumbos de un lado al otro es parte de nuestra genética latina, y de reyes del mambo pasamos al catastrofismo global, al España no tiene remedio y no hay futuro.

Por ello hay una nueva luz sobre Rumanía, igual que la hay sobre otros países que antes no existían si no era para sentirnos superiores por comparación. Es una luz más humilde y sana. No esconde los muchos defectos que pueda tener este país, pero tampoco las virtudes. El viernes pasado una periodista de un importante medio nacional me tuvo una hora al teléfono. “Iré a Bucarest a cubrir las elecciones, pero nos interesa saber si el profesional español, el pequeño empresario, puede encontrar en Rumanía un futuro….”. ¿Cómo explicar un país a alguien que no sabe nada del mismo, que nunca lo ha pisado, sin caer en estereotipos o simplificación? Yo mismo no sé si tras tanto tiempo aquí soy capaz de decir nada coherente, completo, justo.

El equilibrio se alcanza mucho después de querer empezar a andar. Es deseable que la prensa española persevere en la búsqueda del mismo. Va siendo hora que se deje de dar golpes de timón y descubra, de una vez por todas, este gran país.