Rumanía inició la fase clasificatoria para la Eurocopa de Francia 2016 con una importante victoria a domicilio, gracias a un solitario tanto de penalti, ante Grecia, uno de sus máximos rivales en el grupo F, cuenta la agencia EFE.
Los rumanos salieron con ventaja por la ausencia de los ruidosos aficionados helenos, que sufrieron la sanción de un partido a puerta cerrada impuesta por la UEFA a causa de los incidentes ocurridos contra la selección de Croacia en los preliminares de la Eurocopa de 2012.
En todo caso, los pupilos de Victor Piturca sacaron provecho sobre todo del desconcierto de los jugadores griegos, que debían adaptarse al nuevo sistema de juego de su nuevo seleccionador, el italiano Claudio Ranieri.
En una jugada sin ningún peligro, el defensa Holegas golpeó en una pierna al atacante Chipciu dentro del área, lo que propició que el colegiado sancionara con la pena máxima en el minuto 10 de juego.
El exdelantero del Getafe Marica, que fue expulsado por doble amonestación en el minuto 53, marcó el único tanto de un partido soso y sin muchas ocasiones. Los helenos crearon una sola situación de peligro en toda la primera parte que se saldó con un gol, pero el árbitro anuló el tanto de Mitroglou por fuera de juego.
Tras la reanudación, los locales fueron incapaces de superar a la zaga rumana pese a sufrir en el campo con un jugador menos. Samaris disfrutó de una buena ocasión tras disparar desde unos 16 metros, pero la pelota rozó el travesaño. Fue una de las mejores ocasiones de gol de los locales en toda la segunda parte.
En los últimos instantes del encuentro, los griegos insistieron en el área visitante, pero fueron impotentes ante una defensa bien posicionada que despejaba cualquier jugada de peligro.
Sólo un cabezazo del defensa Torossidis puso en alerta al portero rumano Tatarusanu, quien parecía más un espectador viendo cómo los griegos no se ubicaban dentro del campo.
Así, los rumanos regresan a Bucarest con un triunfo que les hace soñar con volver a disputar el campeonato europeo.
Por su parte, Ranieri tendrá que mejorar mucho al equipo griego, que no se pareció en nada al que jugó el Mundial de Brasil.
