Cautivo y desmoralizado el ejército blanco, las tropas antimadridistas han conseguido sus objetivos futbolísticos en casa del enemigo y a domicilio: aunque la liga no ha terminado, la cosa está que arde, y el equipo del antifútbol está totalmente rodeado por los aliados del espíritu del toque y del respeto al balón.

A pesar de que el Real Madrid forma parte esencial del entramado casposo-institucional, tanto del actual como del de antaño, ¡no pasarán!... del centro del campo con el balón controlado.

Dacia Negra