El Granada suele fijar sus miras en jugadores de Udinese que no tienen excesiva participación en el club italiano pero, este verano, los andaluces se han conseguido llevar a un hombre que sí contaba para Guidolin, el rumano Gabriel Torje, explica Daniel González en la webblanquivioletas.

TorjeFoto: HotNews / Dan Popescu

Torje, habitualmente extremo derecho, nació en Timisoara (Rumanía) el veintidós de septiembre de 1989 y es una de las nuevas sensaciones del fútbol rumano. Su principal característica es el desborde y la velocidad, un hombre muy desequilibrante que puede traer de cabeza a lateral zurdo de turno, en este caso Balenziaga.

No es un futbolista estático, le gusta cambiar de posición y moverse por posiciones centrales, por lo que es complicado realizar un marcaje al hombre sobre él. También está dotado de un potente disparo con su pierna diestra y una buena capacidad para centrar, lo que ocasiona que sea uno de los posibles ejecutores de jugadas a balón parado. Además, cuenta con una técnica muy depurada, especialmente a la hora de controlar el esférico.

Algunos expertos en fútbol internacional comparan a este futbolista con Jesús Navas por su capacidad de desborde y centro por ambas bandas especialmente por la derecha. Aun así, el rumano tiene varios defectos que pulir. El primero de ellos es el olfato goleador, ya que Torje no es jugador muy afín a los goles.

El otro contra del rumano es la forma física, que es un poco escasa para el fútbol de primer nivel, pero es algo habitual en todos los jugadores jóvenes y es algo en lo que ha ido mejorando año a año.

Sin duda Torje es una de las grandes promesas futbolísticas del fútbol rumano, que espera revivir grandes tardes de fútbol como antaño y este jugador puede ser uno de los pilares para que Rumanía vuelva a la primera plana del fútbol mundial. Para ello, debe de realizar un buen papel en Granada y regresar a Udine con mucho más crédito del que tenía el año pasado.