Cuando ya se habían levantado las primeras voces en contra del internacional rumano Gabriel Torje, el propio futbolista se ha encargado de acallarlas con dos actuaciones clave para el Granada en las dos últimas jornadas, lo que le han valido a los de Juan Antonio Anquela las dos primeras victorias en la presente temporada, informó José Miguel Olivencia desde la ciudad andaluza, en un artículo publicado en Terra.

Gabi Torje, in tricoul nationalei Romaniei Foto: Reuters

El rápido extremo, quien llegó cedido el pasado mes de julio de Udinese, provocó los penaltis de los primeros goles frente a Celta y a Mallorca, además de batir la meta de ambos equipos en la segunda unidad goleadora de los rojiblancos frente a esos dos rivales.

Tras el anterior parón de selecciones el pasado mes de septiembre, al rumano se le exigió más por parte de la grada, después de que con su país se convirtiera en protagonista al dar dos asistencias y hacer dos goles en dos encuentros –cifras calcadas a las de los últimos partidos como rojiblanco.

Protegido en las primeras jornadas por el técnico, quien le repartió los minutos para que se fuera adaptando al fútbol español, Torje se ha convertido en un fijo en los esquemas de Anquela en las últimas semanas y es señalado como una de las piezas básicas del juego rojiblanco en ataque.

Nacido en Timisoara el 22 de noviembre de 1989 -22 años-, Torje se formó en los escalafones inferiores del CFR Timisoara, desde donde pasó al Politehnica Timisoara, club en el que debutó en la máxima categoría. Tras tres temporadas, el club más importante de su país –Dínamo Bucarest- emprendió su fichaje por una cifra que superaba los dos millones de euros.

El traspaso le salió rentable, ya que en tres temporadas y media y 15 goles entre Liga y competición europea después, el Udinese lo fichó en el verano de 2011 como sustituto de Alexis Sánchez, traspasado por el cuadro de Friuli al Barcelona.

En su primera campaña en Italia Torje, disputó 34 partidos –entre Calcio, Copa y Europa League- y anotó cinco tantos, aunque su mayor rendimiento lo dio en los primeros meses de competición, perdiendo enteros en el conjunto italiano a lo largo de la temporada.

Quique Pina, presidente del club granadino, solicitó su cesión este pasado verano, con el fin de recuperar la mejor versión del rumano para el Granada, algo que parece empezar a disfrutar la afición de Los Cármenes.

Tratándose de un extremo rápido, habilidoso y con gol, el Granada espera poder hacer de él un jugador importante en su equipo y en la Liga, algo que ya han sufrido rivales directos como Celta y Mallorca.