Tras un año afincado de nuevo en Barcelona, recuerdo con cierta nostalgia las carreras en el taxi de mi amigo George Constantin, desde el aeropuerto de Otopeni a casa, donde me esperaba la familia, impaciente por mi regreso tras alguno de mis frecuentes viajes. Comentábamos siempre con George cómo había ido mi periplo y cada vez desembocábamos en el más reciente escándalo político, refunfuñando ambos, mientras yo miraba distraídamente por la ventana el tráfico de la ciudad, cuenta Carlos Basté en su blogBucarestinos.

En el camino a casa, pasado el imponente Arco del Triunfo, a mano derecha, siempre posaba la mirada en una hermosa ruina del número 33 de la Avenida Kiseleff, los restos de una antaño majestuosa villa en estilo neo-rumano que hoy languidece ante la indiferencia de sus propietarios y muchos de sus vecinos.

Se trata de la Casa Miclescu, conocida también como Casa del Coronel, diseñada por el gran Ion Mincu y construida a principios del siglo XX según el estilo nacional rumano, de moda entonces, como de moda estaba que los monarcas…

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