​Sibiu, la antigua Hermannstadt, ambicionó entrar en el circuito del turismo mundial en 2008 con el aura ganada como capital cultural europea y gracias a su patrimonio arquitectónico medieval restaurado con mucho esmero. Las calles y las plazas vigiladas por pintorescos edificios sajones conocieron la animación de los visitantes atraídos por los ecos de los 220 programas culturales desarrollados durante 2007 y de los más de 2.000 actos artísticos, lo que supuso el resplandor de la urbe en la actualidad.

Sibiu-medieval si modernFoto: USER UPLOADED

En Piata Mica (Plaza Pequeña), la gente toma cerveza y café, después de una foto obligatoria sobre Podul Minciunilor (Puente de las Mentiras), testigo secular de millares de juramentos de amor. El ambiente es alentador y las cosas parecen ir bastante bien para el turismo, que el año pasado obtuvo elevados beneficios. Sin embargo, los concejales quieren aprovechar al máximo la fama ganada por Sibiu y no quieren amortizar los 50 millones de euros invertidos en infraestructura, fachadas relucientes, baluartes e iglesias restauradas.

'El éxito registrado con el Programa Sibiu Capital Cultural Europea 2007 y la experiencia ganada en el turismo se deben aprovechar', explica el alcalde de origen alemán, Klaus Johannis, que suele presentar su ciudad en la Feria Internacional Turismo (ITB) de Berlín.

Johannis está convencido de que la antigua Hermannstadt, fundada en el siglo XII por los colonos sajones en la frontera sur de Transilvania y en el centro de Rumanía, crisol de culturas, valores y religiones de alemanes, rumanos y húngaros, merece ser el primer destino turístico de Rumanía.

Recuerda que el periódico británico The Guardian incluyó Sibiu entre las diez más bellas localidades turísticas en 2007. La alcaldía tiene preparados un proyecto y una estrategia en la que se implican tanto las autoridades como el medio privado, con el fin de convencer a las grandes agencias de turismo que Sibiu no debe faltar de sus ofertas en 2008.

Mencionada por primera vez en un documento en 1191 por el Papa Celestino III, Hermannstadt figura entre las siete grandes ciudades fundadas por los germanos en Transilvania, provincia por ellos denominada Siebenbürgen.

La Pinacoteca Samuel Brukenthal albergada en el palacio barroco del que fue gobernador de Transilvania y que abrió al público en 1817 su colección de pintura universal es una de las atracciones de la ciudad al lado del más grande Museo Etnográfico de Europa, Astra. En la proximidad hay una región de ricos pastores rumanos que perduran en los Cárpatos con sus tradiciones inalteradas, con sus iconos pintados sobre vidrio y sus trajes en blanco y negro.Un centenar de aldeas sajonas casi abandonadas, con iglesias fortificadas (siglos XII y XV), son testigos de una comunidad que se trasladó aquí hace más de ocho siglos con sus instituciones y costumbres y que se retiró para siempre en vísperas del tercer milenio.

De los 185.000 habitantes que tiene Sibiu actualmente, el 96% son rumanos y sólo el 1%, alemanes, dado que éstos emigraron en masa tras la Segunda Guerra Mundial, en la época comunista y tras la caída del telón de acero comunista. En 2007, coincidiendo con el ingreso de Rumanía en la Unión Europea, Sibiu, fue junto con Luxemburgo, la 32 capital cultural europea.