George Simion, cabecilla del partido extremista al que las encuestas sitúan en segunda posición, protagoniza episodios vandálicos para radicalizar a sus partidarios, explica el diario español El País.

El partido de ultraderecha de Rumania ha entrado de lleno en campaña electoral espoleado por los buenos augurios que muestran los últimos sondeos -segundos, sólo por detrás de los socialdemócratas. Pese a que las elecciones presidenciales no se celebrarán presumiblemente antes de otoño de 2024, el cabecilla de la ultranacionalista Alianza para la Unión de los Rumanos (AUR), George Simion, parece haber rescatado la infame estrategia vandálica de las facciones legionarias del periodo de entre guerras que aunaban el nacionalismo y el fundamentalismo antisemita para radicalizar a sus simpatizantes.

Tras varios episodios violentos anteriormente, Simion agredió a principios de febrero al ministro de Energía, Virgil Popescu, cuando este último denunció en el estrado que el aumento del precio de la energía se debía a Rusia durante una tensa sesión parlamentaria. “Váyase al señor (Vladimir) Putin para que abarate el gas”, dijo Popescu irritado a Simion, que no cesaba de interrumpir su intervención. Molesto, el ultranacionalista saltó a la tribuna, lo agarró con fuerza de la espalda, golpeó varias veces en la nuca mientras le gritaba en su cara: “Eres un ladrón”.

“Habló en nombre de millones de ciudadanos”, se justificó. Es la primera vez en la historia democrática rumana que se produce una agresión física. Sin mascarilla y sin pasaporte covid, una veintena de ultras con el colíder del partido de extrema derecha al frente asaltaron el 14 de enero el Ayuntamiento de Timişoara, para forzar una reunión con su alcalde, Dominic Fritz, un ciudadano alemán que se convirtió hace más de un año...

El artículo completo se puede leer en el diario El País.​​