​A Bruselas le crecen las disputas judiciales domésticas. Tras los intentos de Polonia de socavar el Estado de derecho —que ha llevado a la Comisión Europea a abrirle un procedimiento de infracción—, Rumania cuestiona ahora la primacía del derecho comunitario sobre el nacional. El Tribunal Constitucional del país de Europa oriental indicó el pasado jueves en un comunicado que una sentencia del Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE) no se puede aplicar sin que se modifique su propia Constitución. Pese a que este pronunciamiento no ha generado polémica ni en los medios rumanos ni en la sociedad —adormecida por el chorro de información sobre el avance de la nueva variante ómicron— puede acarrear importantes consecuencias para el país, sobre todo económicas, explica El País.

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