​Los moldavos votan este domingo en elecciones legislativas anticipadas convocadas por la nueva presidenta proeuropea Maia Sandu, que espera apuntalar su poder frente a sus rivales prorrusos. Después de su gran victoria en las elecciones presidenciales de noviembre de 2020 contra Igor Dodon, Sandu necesita tener el control del Parlamento para aplicar la política que prometió, empezando por la lucha contra la corrupción endémica en este pequeño país situado entre Ucrania y Rumanía, informó AFP.

Alegeri in Republica MoldovaFoto: Jurnal.md

Unos 101 diputados serán elegidos para un mandato de cuatro años. Los colegios electorales abrieron a las 7H00 (04H00 GMT) y cerrarán a las 21H00 GMT. A la cabeza de los sondeos en intención de voto se halla el partido Acción y Solidaridad (PAS, centroderecha) de Sandu con entre 35% y 37%, contra el 21% a 25% del Bloque Electoral de Comunistas y Socialistas (BECS) dirigido por Dodon.

Moldavia, uno de los países más pobres de Europa, se ha visto sacudida desde su independencia en 1991 por crisis políticas, al tiempo que se enfrentaba a la situación en Transdniestria, un territorio separatista prorruso que está fuera de su control.

Sandu, que fue economista del Banco Mundial, de 48 años, disolvió en abril la Asamblea que aún controlaba Dodon y espera que una clara victoria de su partido evite un nuevo periodo de inestabilidad en el país.

"Tenemos una oportunidad de deshacernos de los ladrones y elegir un gobierno íntegro", afirmó el jueves en un discurso pronunciado por video en rumano. En un segundo discurso en ruso, el otro idioma hablado en el país, dijo que "se acerca el momento del cambio en Moldavia".

Muchos moldavos están cansados de los escándalos de corrupción, como el de 2015, en el que desaparecieron mil millones de dólares -el equivalente al 15% del PIB- de las arcas de tres bancos. "Ella realmente quiere cambiar el país para mejor", declaró a la AFP Natalia Cadabnuic, una habitante de Chisinau.

Igor Dodon acusó el viernes a las autoridades de preparar "provocaciones" para las elecciones y amenazó con manifestaciones "para proteger su victoria electoral". La diáspora, que representa más de un tercio de los votantes en este país con mucha emigración, podría desempeñar un papel crucial. En las presidenciales apoyó a Sandu.

"Se ha convertido en un símbolo de cambio", subraya el politólogo Alexei Tulbure. "La gente espera que después de 30 años de degradación, el país comience por fin a avanzar en la dirección correcta", afirma.

Para muchos analistas, la votación del domingo asestará un golpe a Rusia, ansiosa por mantener un control sobre Moldavia. "La mayoría parlamentaria será proeuropea y la influencia rusa se debilitará", predice el politólogo con sede en Kiev Sergiy Gerasymchuk.

Esta antigua república soviética de 2,6 millones de habitantes suele oscilar en las urnas entre los partidarios de un acercamiento a Moscú y los de una integración europea.

Maia Sandu enfureció al Kremlin al decir que quiere que se vayan las fuerzas rusas desplazadas en Transdniestria, un territorio separatista que ha escapado del control moldavo desde hace casi 30 años. En cambio, acogería con gusto a observadores de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE).