Los liberales proeuropeos en el poder en Rumanía y la oposición socialdemócrata se encontraban codo a codo en las legislativas de una sola vuelta celebradas este domingo, con un fondo de fuerte abstención, según los sondeos a pie de urna, relata AFP.

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El Partido Liberal (PNL) del primer ministro Ludovic Orban obtiene un 29% de los votos, frente al 30,5% para la oposición socialdemócrata (PSD).

Pero el PNL sigue siendo favorito para poder volver a formar gobierno con los votos de sus aliados reformistas de la alianza USR-Plus, que obtiene un 16%, según el sondeo realizado por el instituto CURS-Avangarde.

Una perspectiva que ya avanzó el jefe de Estado Klaus Iohannis, que proviene del PNL, que descartó varias veces permitir un regreso del PSD durante su segundo mandato, hasta 2024.

Más de 18 millones de rumanos estaban llamados a las urnas, pero, debido al recrudecimiento del covid-19 y al hartazgo de los electores con una clase política considerada incompetente, sólo uno de cada tres rumanos votó el domingo, según la autoridad electoral.

Orban recordó a los periodistas que los sondeos a boca de urna no incluyen los votos de la diáspora, unos 200.000, por lo cual "los resultados de los comicios se conocerán tras el recuento".

"El PSD tiene una ligera ventaja", dijo por su parte su jefe de filas, Marcel Ciolacu, llamando a los representantes de esta formación a seguir de cerca el recuento.

Sin esperanza

Si bien hubo una gran abstención, los llamados a votar no faltaron: el filósofo y escritor Mihai Sora, de 104 años, animó a los rumanos de entre "18 y más de 100 años" a votar.

Este activo militante por una justicia independiente añadió que había "votado con confianza y esperanza, pensando en [mi] país y en el futuro de sus habitantes".

Adina Ionescu, de 42 años, aseguró que cumpliría con su deber electoral al final del día, deseando un "gobierno compuesto de jóvenes, preocupados por el medioambiente y el bienestar de los rumanos".

Tras haber depositado su papeleta en un colegio de la capital, Gheroghe Preda, de 63 años, no tiene por su parte "ninguna esperanza" de cambio. "Desde hace 30 años", los dos principales partidos políticos, "se suceden en el poder y durante la campaña no escatiman en promesas, que olvidan inmediatamente después", critica.

Proeuropeo convencido, el primer ministro Ludovic Orban, de 57 años, declaró temprano el domingo que había "votado por una Rumanía dinámica, moderna, segura de sí misma y respetada en la esfera internacional".

Movilización de la diáspora

"Insto a los rumanos a votar en el espíritu de la fiesta de San Nicolás, en la que aquellos que fueron buenos reciben dulces mientras que los demás son castigados", dijo el jefe del PSD, Marcel Ciolacu, de 53 años, añadiendo que espera que el país cuente "a partir de mañana con un plan de salida de la pandemia y de la crisis económica".

En el extranjero, donde los colegios abrieron desde el sábado, más de 200.000 personas votaron, es decir dos veces más que en 2016.

Jóvenes en su mayoría, estos electores están en general a favor de la alianza USR-Plus y de su programa que aboga por un saneamiento de la clase política.

Cuatro millones de rumanos emigraron en los últimos años, en especial en Europa occidental, en busca de empleos mejor remunerados.

En una región donde los populistas y soberanistas ganan terreno, Orban defiende los valores europeos y promete reformas para modernizar este país de 19 millones de habitantes.

El PSD ganó las elecciones de 2016 y lanzó una polémica reforma del sistema judicial muy criticada por Bruselas.

Después, enfrentado a una ola de protestas sin precedentes desde la caída del régimen comunista a finales de 1989, el PSD fue apartado del poder por una moción de censura a finales de 2019, pero sigue siendo mayoritario en el Parlamento.