​Al menos unas treinta personas presentaron este lunes ante la Fiscalía rumana una denuncia contra la policía por los violentos choques entre las fuerzas del orden y los manifestantes del viernes, en un protesta que dejó 450 heridos.

Ziarist DIGI bruscat la protesteFoto: Captura Digi 24

La Fiscalía, que ha prometido investigar todo lo que pueda ser susceptible de violación de la ley", pidió a la policía información sobre su actuación y anunció que analizará los vídeos que grabaron los agentes y los manifestantes, así como los medios de comunicación.

También pusieron una querella unos turistas israelíes, que fueron sacados de un taxi y golpeados por los gendarmes durante la violenta intervención policial en la Plaza de la Victoria, donde está la sede del Ejecutivo, un incidente que la Embajada de su país en Bucarest calificó de "inaceptable" y "extremadamente serio".

Al menos cinco periodistas, uno de ellos de la televisión pública austríaca OTR, fueron agredidos cuando realizaban su trabajo pese a mostrar a la policía su legitimación.

En un comunicado de prensa, el gobernante Partido Social Demócrata (PSD) acusó de nuevo al presidente Klaus Iohannis de ser el "principal responsable de la actual situación de la sociedad rumana" al incitar a la gente hacia la "anarquía social".

Por su parte, el jefe de Estado señaló en un mensaje público que "Rumanía atraviesa un grave estado de desorden" y que "la actitud cívica fue castigada de manera áspera con gas lacrimógeno".

Asimismo, Iohannis instó a identificar a los culpables lo antes posibles para que se les castigue indiferentemente de quienes sean y apeló a la ciudadanía a seguir vigilante y a la oposición a crear una alternativa de poder.

Alrededor de 100.000 rumanos protestaron el viernes en Bucarest para reclamar la caída del Gobierno, al que acusan de corrupto y de socavar la independencia de la justicia para sus intereses.

Según las autoridades, la protesta se tornó violenta cuando un grupo de ultras, ligados a equipos de fútbol, se enfrentó a las fuerzas del orden lanzando con piedras y botellas de agua mientras intentaban romper el cordón policial. Los gendarmes respondieron con gas lacrimógeno y un cañón de agua para sofocar los altercados.

La organización Coruptia Ucide ("La corrupción mata) convocó este lunes a los ciudadanos a otra protesta denominada "30 minutos para Rumanía", donde están llamados a estar en silencio durante cinco minutos, a cantar el himno nacional y a encender las luces con sus móviles, así como entablar conversaciones entre los asistentes para mejorar el país.