Hace apenas unas semanas, el Presidente Trump nos deleitó con su retórica al ensalzar el apego del pueblo polaco por los “valores europeos”: tradición, religiosidad y, ante todo, animadversión frente a Rusia. Trump no dudó en poner a Polonia como “ejemplo” de la incondicional e indispensable defensa del legado del Viejo Continente. Un extraño paradigma que, de paso sea dicho, no comparten ni avalan los socios comunitarios de Varsovia, relata Adrian Mac Liman, escritor y periodista rumano, en Romanul.

Iohannis si Trump la conferinta de presa din Rose GardenFoto: Presidency.ro

Sin embargo, conviene señalar la presencia en la tribuna de honor de oficiales de los ejércitos Rumanía y de los Estados bálticos, así como de altos cargos de la Alianza Atlántica destacados en la región. ¿Pura casualidad? No, en absoluto.

La visita del actual inquilino de la Casa Blanca a este país del Este europeo tenía una finalidad muy concreta: la puesta en marcha de la “Iniciativa de los Tres Mares”, un macro proyecto de independencia energética auspiciado por los Estados Unidos.

Sus beneficiarios: Polonia, Hungría, la República Checa, Eslovaquia, Rumanía, Bulgaria, Lituania, Estonia, Letonia, Croacia, Eslovenia y Austria. Es decir, todos los Estados que podrían o, mejor dicho, deberían prescindir de las exportaciones de gas natural ruso, que inciden en las relaciones entre Moscú y Occidente.

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