El presidente rumano Klaus Iohannis cumplió este domingo su promesa al acercarse a la plaza Universitate de Bucarest, donde se hallaban unas dos mil personas que protestaban por sexto día consecutivo, para conocer su malestar contra la clase política a la que acusan de corrupta, tras el incendio en una discoteca la semana pasada.

Klaus Iohannis in Piata UniversitatiiFoto: Bogdan Dinca / HotNews.ro

"He ido esta noche a la Plaza de la Universidad y he estado hablando con la gente. He visto mucho revuelta, pero también esperanza que las cosas pueden cambiar. Les he dicho a los presentes que tengan confianza y que sigan implicados, solo juntos podemos hacer que Rumanía se convierta en el país que todos deseamos", expresó Iohannis en un mensaje colgado en la red social Facebook.

Iohannis, que prometió el viernes que se aproximaría al emblemático lugar que simboliza la caída del comunismo, escuchó la peticiones de los manifestantes durante unos 20 minutos ante un enjambre de cámaras que impedían que fluyera la conversación entre el jefe de Estado y la multitud.

El balance de víctimas por el trágico accidente se elevó hoy hasta 45 fallecidos, tras el fallecimiento de cuatro heridos, informó el secretario de Estado de Interior, Raed Arafat.

Entre las personas que han muerto figura el bajista del grupo local de rock Goodbye to Gravity, formación que actuaba en el escenario cuando se inició el incendio en una club nocturno, situado en una antigua fábrica de zapatos en la época comunista.

El estado de salud de Bodgan Enache se degradó cuando lo trasladaban al aeropuerto para transferirlo a un hospital suizo.

Su muerte se une a la de los dos guitarristas, mientras que los otros dos miembros del grupo siguen hospitalizados en estado crítico.

Arafat precisó otros dos jóvenes rumanos y un estudiante turco fallecieron por la mañana.

La trágica jornada de hoy se produce un día después que se conociera que otros nueve heridos había perecido.

En estos momentos, el Ministerio de Sanidad está siendo objeto de duras críticas por parte de los medios de comunicación por considerar que las autoridades ha tardado para solicitar el traslado de una parte de los pacientes a hospitales en extranjero.

Dieciocho personas fueron transportadas ayer fuera del país: ocho a Bélgica, ocho a Holanda y dos a Austria, mientras que doce heridos han sido transferidos a Reino Unido, Noruega, Finlandia e Israel, informó el Ministerio de Interior.

Aún se encuentran más de cien heridos hospitalizados, de los que 44 de ellos están graves.

Un artefacto pirotécnico provocó el pasado 30 de octubre un incendio en la disco situada en una antigua fábrica de zapatos de la época comunista, durante un concierto de un grupo rumano de rock.

El establecimiento carecía de salidas de emergencia y había utilizado materiales inflamables para insonorizar, según las primeras investigaciones.

Los tres dueños del club nocturno, acusados de homicidio involuntario, fueron detenidos el pasado martes después de que las autoridades comprobaran que no disponían de las autorizaciones pertinentes para organizar conciertos ni espectáculos pirotécnicos.

El primer ministro, el socialdemócrata Victor Ponta, acusado de varios cargo de corrupción, presentó su dimisión este miércoles bajo la presión de las protestas.