Alrededor de 70.000 personas salieron este miércoles a las calles de Rumanía para protestar de forma pacífica, pese a la dimisión del primer ministro Victor Ponta, tras el incendio en un club nocturno que causó 32 muertes y cerca de 200 heridos.

Proteste in Piata Universitatii, 4.11.2015Foto: Dan Balanescu

Unos 35.000 ciudadanos inundaron las avenidas de Bucarest y otros 35.000 marcharon por varias ciudades del país balcánico, como Iasi, Cluj-Napoca y Timisoara, según informaron los medios rumanos.

"No me compras con dos dimisiones", "No nos vamos a casa y los ladrones no nos dejan" o "Asesinos" vociferaron las miles de personas.

También mostraron su malestar contra la Iglesia Ortodoxa por la construcción de una Catedral que se estima un coste de unos 300 millones de euros, cuando se carece de hospitales decentes y medicamentos suficientes en Rumanía, el segundo país más pobre de la Unión Europea.

"Queremos hospitales, no catedrales", cantan muchos.

Este trágico siniestro y la presión de la justicia sobre el primer ministro, Victor Ponta, ha provocado que presentara este miércoles su dimisión y, con él, el Gobierno en bloque.

Ponta se enfrenta a varios cargos de evasión fiscal, blanqueo de dinero y 17 infracciones de falsedad documental en escritura pública mientras trabajaba como abogado en su propio bufete.