Los socialdemócratas impulsan un referéndum para decidir si se desarrolla la energía nuclear en el país balcánico.

Bulgaria, el miembro más pobre de la Unión Europea y con una población de poco más de 7 millones, celebrará el próximo 27 de enero de si desarrollar energía nuclear a través de construirse una segunda planta, el primero plebiscito en el país desde la caída del comunismo hace 23 años.

La encuesta fue impulsada por la oposición socialista después de que el pasado marzo el Gobierno, de orientación populista derechista, cancelara un contrato de 2006 con la compañía rusa Atomstroyexport para construir dos reactores de mil megavatios en Belene, en la ribera del Danubio, informa EFE.

No obstante a diferencia de la propuesta inicial, el Parlamento, decidió la cuestión no contener el nombre del proyecto (Belene).

"Así si el resultado es no, significaría que la voluntad del pueblo sería no desarrollarse en general energía nuclear en el país, a través de ningún proyecto", explicó para Efe, Belcho Tsanev, ex experto del Ministerio Energía y ahora consultor privado.

Una hipótesis que, según él, sería catastrófico para el país, que cubre actualmente 34 por ciento de sus necesidades de electricidad gracias los dos reactores, de mil megavatios cada uno, de la única planta que posee Bulgaria, Kozloduy, también a la ribera de Danubio.

Hasta 2002 la central tenía en funcionamiento en total seis reactores soviéticos pero cuatro han sido cerrados el mismo año y también en 2006 por razones de seguridad y a exigencia de Bruselas para que Bulgaria pueda entrar en la UE el 1 de enero de 2007.

Los seis reactores cubrían 47 por ciento de las necesidades del país que además exportaba a sus vecinos. Ahora la vida tecnológica de los restantes es hasta 2017 y 2021, respectivamente.

El Gobierno, que ha argumentado su abandono de, Belene, por falta de precio definitivo - más de 10.000 millones de euros según el Ejecutivo, y según los socialistas - hasta 6.000 millones de euros, decidió examinar la alternativa de construir un séptimo reactor en Kozloduy.

Este reactor será hecho por la compañía estadounidense, Westinghouse, que ha iniciado ya exploraciones al lugar.

Los analistas definen al referéndum impredicho, tanto como resultado como consecuencias legales, marcado por una pregunta que se puede interpretar por varios modos, impopular, indicador para la salida de las elecciones generales inminentes.

El Gobierno inicialmente apoyó al plebiscito y posteriormente se declaró en contra, recordando que los resultados no son obligatorios sino representativos y la última palabra es del Parlamento.

Los sociólogos, Mira Radeva, y, Zhivko Gueorguiev, dan pronósticos que el referéndum fracasará por falta de suficiente actividad electoral. Según Radeva a las urnas acudirán menos de 1 millón de votantes, y Zhivkov añade que las causes de esta abstención es fatiga de los búlgaros de los políticos y de esperanzas ilusorias de cambio y reformas en los últimos 23 años.

Un pronóstico que colisiona con la estadística - una encuesta reciente de la agencia sociológica, Sova Haris, muestra que unos 64,8% declararon que votarán con Sí al referéndum contra 24% que votarán con NO. Según el mismo sondeo unos 52,8% declararon que darán su voto contra 20,7% que son categóricos que no van a votar.

Según las leyes el referéndum será válido si participan al menos tanto votantes como en las últimas elecciones generales en 2009, es decir unos 4.345.500 personas. Y el resultado sería positivo si con a favor han votado más de 50 ciento de ellos, explicó el portavoz del Colegio Electoral Central, Biser Troyanov.

Y reconoció un absurdo legal - a pesar de que la ley obliga a las autoridades tener en cuenta la voluntad del pueblo, no existe ningún plazo de tomar decisión y así puede hacerlo años adelante.

"El guión más probable a esta encuesta es simplemente no ser válido al participar en ello insuficiente número de votantes. Y de este modo el Parlamento reafirmará su decisión sobre Belene y este proyecto quedarse para siempre en la historia", pronostica Tsanev.