Un total de 13 islamistas búlgaros, la mayoría religiosos, comparecieron recientemente ante el tribunal de Pazardjik (centro-sur de Bulgaria) bajo la acusación de haber propagado en el país balcánico el islamismo radical, informa el Correo Diplomático.

Los acusados, entre los que se encuentran varios imanes, muftíes y profesores, pertenecen a la organización Al-Waqf al-islami, que tiene su sede en Arabia Saudí y es muy activa en algunas regiones de Bulgaria como las de Pazardjik, Smolian (sur) y Blagoevgrad (sureste).

Este grupo islamista radical fue creado en Holanda, está financiado por saudíes y, según los servicios de seguridad occidentales, mantiene relaciones con Al Qaeda. La fiscalía búlgara acusó a los procesados de haber defendido entre marzo de 2008 y octubre de 2010 una ideología “radical” fundada sobre “elementos del salafismo”, durante las oraciones en las mezquitas y en conferencias y encuentros religiosos.

La acusación sostiene que los 13 procesados defienden una “ideología antidemocrática a través de la propagación de la ideología de la rama salafista del islam con el objetivo de imponer un Estado basado en el califato”.

El salafismo es una corrente rigorista y ultraconservadora del islam de inspiración sunita que defiende una interpertación literal del Corán. Algunos testigos citados por el tribunal declararon que los encausados habían hecho llamamientos a los fieles musulmanes para que no votaran en las elecciones democráticas, porque “el poder viene de Allah y no de los hombres”, y prohibieron a las mujeres que se hicieran fotografías para sus documentos de identidad. Mientras se estaba celebrando el juicio, decenas de seguidores de ambos sexos de los procesados se concentraron delante del palacio de justicia para defender su inocencia y asegurar que “los imanes sólo predican la paz y el amor”.

El inicio de este juicio provocó preocupación y malestar entre algunos sectores de la numerosa comunidad musulmana de Bulgaria, que representa el 13% de los siete milllones y medio de habitantes. La mayoria son de origen turco. El mufti general de la comunidad musulmana búlgara, Ahmed Vedat, manifestó que los procesados “desconocen la religión musulmana y tienen muchas confusiones em sus cabezas”. La directora del Centro de Estudios de las Minorías de Sofía, Antonina Jeliazkova, señaló que el juicio “podría crear tensión y desconfianza hacia los musulmanes en la sociedad”. La mayoría de los acusados estudiaron en Jordania y Arabia Saudí y pertenecen a la minoría musulmana de los pomaks.