Miles de rumanos están pasando desde el jueves por el Palacio Real de Bucarest para presentar sus respetos y despedir al rey Miguel I, fallecido el pasado 5 de diciembre a los 96 años de edad. En el primero de los tres días de luto decretados por el Gobierno, una larga cola rodea el Palacio, en cuya Sala del Trono se instaló ayer el ataúd de Miguel Hohenzollern-Sigmaringen, que reinó como Miguel I entre 1927 y 1930 y, luego, entre 1940 y 1947, cuando fue forzado a abdicar por el régimen comunista, publicó La Vanguardia que recoge un artículo de la agencia EFE.

Sicriul Regelui Mihai, depus in Sala Tronului de la Palatul RegalFoto: Agerpres

"Si se le hubiesen permitido entrar en el país y restaurar la monarquía, tras la caída del comunismo en 1989, estaríamos ahora mucho mejor", lamenta a Efe Alexandru, un pensionista de 73 años que está dispuesto a esperar las tres horas de cola para despedirse del monarca, y no puede evitar que se le escapen las lágrimas.

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