En Rumanía, es costumbre que los niños vayan en procesiones el día 24, anunciando de puerta en puerta la buena nueva del nacimiento del Niño Jesús. Los pequeños llevan una estrella de madera cubierta con papel brillante y decorada con campanas y cintas de colores y cambian el mensaje de la llegada del Mesías por dinero o dulces, como el “cozonac”, un pan relleno de crema y nueces, publica laagencia española EFE.

Ursii alpinistiFoto: Captura YouTube

Sin embargo, una de las tradiciones más peculiares es la llamada ‘danza de los osos’. Aunque originaria de la región nororiental de Moldavia, hoy día se puede ver también en otras zonas de Rumanía. Acompañadas de su domador, un grupo de personas disfrazadas de osos desfilan por las calles y bailan con un ritmo frenético hasta que fingen caer muertos en el suelo.

Tras desfallecer, el domador simula arrancarles el corazón y los animales “resucitan” ya más calmados y dóciles, en una ceremonia que simboliza el sometimiento de la naturaleza, la purificación de la tierra para que sea fértil y la expulsión de los malos espíritus.

Otra danza pintoresca rumana típica de las navidades es la de la cabra, en la que se recrea a este animal con un armazón articulado, hecho de madera y cubierto con una manta adornada con lazos multicolores, borlas y trozos de espejos y que simboliza la muerte del año que se acaba.