Rumanía conmemoró este martes el 25 aniversario del comienzo de la revolución anticomunista de Navidad de 1989, el único cambio violento hacia la democracia en Europa del Este, con más de mil víctimas y que culminó con la ejecución del dictador Nicolae Ceausescu y su esposa Elena, publicóLa Vanguardia, que recoge una noticia de la agencia EFE.

Klaus IohannisFoto: Facebook - Klaus Iohannis

La primera de un total de 1.166 víctimas mortales se produjo en Timisoara, una ciudad provincial de tradición austro-húngara, situada al noroeste del país balcánico.

Fue allí donde se engendró la revolución que en cuestión de días iba a acabar con el régimen y la vida del clan de los Ceausescu.

Encabezada por el pastor evangélico magiar Lazlo Tökes cientos de residente de Timisoara desafiaron en esos fríos días de diciembre a las fuerzas del orden comunistas.

El presidente electo, Klaus Ihoannis, quien asume su cargo el fin de semana que viene, destacó hoy la importancia de crear un Museo que conmemore el Comunismo.

"Pediré un gran Museo Nacional del Comunismo, ya que el presidente debe garantizar la memoria de la nación", señaló el presidente electo al destacar que los ciudadanos de Timisoara demostraron en su momento que su deseo de libertad fue más fuerte que el sistema represivo de los Ceausescu.

El 16 de diciembre de 1989 se inició la revuelta ciudadana contra el sistema comunista, cuyo desencadenante fue una protesta en Timisoara contra el traslado forzoso de Tökes.

En cuestión de días, la revuelta se extendió por todo el país, incluyendo la capital Bucarest, donde el 22 de diciembre fueron detenidos Nicolae y Elena Ceausescu.

Solo tres días más tarde, ambos fueron ejecutados tras un breve juicio sumario.