Si hay un evento anual importante para la promoción internacional de la cultura popular catalana este es el festival del Aplec Internacional, organizado anualmente por Adifolk.

José Miguel ViñalsFoto: Hotnews

La edición de 2014 se celebrará en la ciudad de Timisoara, en Rumanía, y posiblemente pocas ciudades, en las 27 ediciones que ya acumula, lo hayan esperado con tanta ilusión por parte de las autoridades y con tanta expectación por parte del público y de la prensa. Son numerosos los artículos en los medios locales, entrevistas en televisión a las entidades organizadoras y solicitudes de colaboración de asociaciones y voluntarios.

La ciudad es consciente de que la comunidad rumana en Catalunya es, con casi 100.000 personas, una de las mayores y de las mejor integradas, y son muchos los ciudadanos que ven en el Aplec una forma de acercarse a la Catalunya donde viven familiares y amigos o de la que volvieron hace poco y añoran. Aún queda mucho por hacer, pero los detalles del día a día ya están tomando forma.

A falta de poco más de un mes para el inicio del mismo, previsto para los días 8, 9 y 10 de agosto, ya se ha confirmado la lista de 390 actuantes. Éstos pertenecen a 18 grupos artísticos distintos representativos de toda Catalunya que se pagan de su bolsillo el coste de venir a esta ciudad, para compartir lo que saben hacer y aprender de los artistas locales. En un periodo de crisis como el actual, donde el coste del viaje de unos 275 euros de media ha podido ser impedimento para algunos, es realmente admirable que haya gente que demuestre su entusiasmo y amor a su cultura con tal determinación. Pueden estar seguros de que se les espera con mucha ilusión y que no lamentarán haber venido.

En total, entre artistas, organizadores, acompañantes y turistas, vendrán no menos de 700 personas a la capital occidental de Rumanía. No sólo será ésta la mayor manifestación cultural del año en la ciudad sino también la más importante hecha por una cultura distinta de la rumana en la historia de Timisoara.

Falcons, esbarts, gegants, diables, bastoners, sardanas, cobles… casi todo el folclore catalán estará en la ciudad, de la misma forma que todas las provincias catalanas serán representadas en un evento de gran importancia social y cultural. Es una pena que los castellers, la más importante muestra de dicho folclore, no vayan a estar presentes. No ha sido posible, para la organizadora, a pesar de todos los intentos, cerrar el acuerdo con ninguna de las muchas colles que hay en Catalunya. Según Adifolk, ésta será la primera vez en la historia del Aplec Internacional que los castells no se van a levantar. Es realmente una decepción para Timisoara que esperaba con entusiasmo ver levantarse por primera vez en el país una torre castellera. Hay cosas que resultan incomprensibles y cuya importancia no se percibe hasta que ya es tarde.

En una muestra de su decidido apoyo e interés por el Aplec, el ayuntamiento, con el alcalde Sr. Robu y el vicealcalde Sr. Diaconu a la cabeza, ha puesto el equivalente a 80.000 euros a disposición de la organización para la celebración de este festival, dinero con el que se pagará el alojamiento y manutención de los artistas, la infraestructura artística (escenario, luces, sonido…) y los diversos gastos de seguridad y limpieza ligados con el festival. Un apoyo por parte de la ciudad que no dudó en apostar por el Aplec como una forma de estrechar los lazos culturales entre catalanes y rumanos, al tiempo que busca promocionar la ciudad en Europa como parte de la candidatura a la Capitalidad Cultural Europea del 2021 y como destino turístico, puerta de entrada en Rumanía y primer paso antes de entrar en Transilvania.

También voluntarios y empresas, catalanas y no sólo, apoyan el festival, en el que ven una forma de demostrar su compromiso social uniéndose a un acto que tendrá una gran visibilidad.

Si bien el número de artistas que vengan será, este año, inferior al de pasadas ediciones, el esfuerzo se concentra ahora en que la organización y montaje sean los mejores posibles y que se aproveche el momento para desarrollar un fuerte sentimiento de interés por Catalunya y su cultura entre la población local, y de Rumanía y de su realidad (tan alejada de los estereotipos) entre los visitantes. Al programa oficial del 8 al 10 de agosto, se sumará el día 7 un concierto de música barroca catalana en el Museo de Arte de Timisoara, así como otras iniciativas tales entre las que cabe citar un concurso infantil de pintura sobre artistas y monumentos catalanes, una conferencia sobre cultura y literatura catalana en el Centro Cultural Alemán de la ciudad, o la celebración el 10 de agosto de lo que será la primera misa catalano-rumana (oficiada en verdad en cuatro idiomas, catalán, rumano, húngaro y alemán) en la magnífica iglesia Millenium de Timisoara, uno de los templos católicos más espectaculares de Europa del sudeste. Para la celebración, en la que se regalará a Millenium una réplica de la Moreneta, el coro de la asociación de profesores de escuela de Timisoara está aprendiendo el Virolai, que cantarán al órgano, el mayor de Rumanía, tocado por un organista antiguo escolanet. En vistas a futuro, la Universidad de Vest se ha puesto a disposición del Ramon Llull para acoger un lectorado de catalán tan pronto como sea posible.

El Aplec Internacional no pasará por la ciudad como un evento más en la larga lista de actividades que aquí se celebran. Su pervivencia en la memoria de la ciudad y el efecto que pueda tener en la proyección de la cultura catalana en Rumanía dependerá en gran parte de cómo se gestionen, por las distintas entidades, los efectos de esta celebración.