La Fiscalía rumana ha admitido hoy una denuncia por genocidio contra un excomandante de un campo de trabajo en el que murieron un centenar de prisioneros políticos entre los años 1958 y 1963, durante la dictadura comunista, publica Terra, de una noticia recogida de la Agencia EFE.

La demanda se refiere a Ion Ficior, que hoy tiene 85 años, responsable del centro de trabajos forzados de Periprava, un remoto poblado del Delta del Danubio.

"Según los certificados oficiales de fallecimientos, entre agosto de 1958 y noviembre de 1963, mientras Ficior ocupaba altos cargos, perecieron 103 detenidos en el campo de trabajo de Periprava", señaló la Fiscalía en un comunicado.

La abogacía del Estado considera que Ficior impuso un régimen de "detención represivo, abusivo e inhumano".

A mediados de septiembre, el Instituto de Investigación de los Crímenes Comunistas (Iiccmer) solicitó a la Fiscalía que presentara cargos de genocidio contra Ficior.

En una reciente entrevista concedida al diario "Gandul", el anciano negó ser responsable de la muerte de detenidos políticos.

Se estima que entre 100.000 y 500.000 personas fueron encarceladas en Rumanía por motivos políticos durante la dictadura comunista entre 1945 y 1989.

Este caso es el segundo abierto en Rumanía por crímenes durante el comunismo.

Alexandru Visinescu, de 88 años, está siendo procesado por una acusación de genocidio supuestamente cometida cuando fue jefe de un centro penitenciario donde el Iiccmer asegura que los prisioneros sufrieron vejaciones, palizas y castigos indiscriminados.