​El turismo idiomático va abriéndose camino en Castellón. Es una posibilidad más de generar actividad económica a través de un incremento de las pernoctaciones hoteleras aprovechando el auge de nuestro idioma en el extranjero y las bondades climatológicas de la provincia, además de atractivos como la propia naturaleza o el mar, cuenta el diario abc.es.

Especialmente, en verano, cuando nuestro clima nos hace más competitivos a la hora de atraer turistas, se organizan programas de aprendizaje de castellano y de intercambio de experiencias entre niños extranjeros y locales que aprovechan su convivencia en estos programas lingüísticos para familiarizarse con el español e inglés, respectivamente.

El éxito de este tipo de iniciativas ha motivado a Orange Language School (OLS) no sólo a continuar con sus programas de verano para extranjeros y locales en Castellón sino también a organizar por primera vez una singular experiencia educativa relacionada con un país, Rumanía, que tradicionalmente se ha vinculado a Castellón por la inmigración.

International British School of Bucarest ha organizado junto a OLS su propio campus en la capital de La Plana donde un grupo de estudiantes y profesores de esa prestigiosa escuela vendrán entre el 9 y el 16 de junio para seguir clases de español y el programa de actividades de ocio relacionado con el deporte (piragüismo, vela, tenis, pádel y golf) así como interesantes visitas culturales, pernoctando en el Hotel del Golf, en el Grado de Castellón.

La marca ‘España’ tiene muchos adeptos en Rumanía. En este caso, en el Colegio Internacional rumano, estudian todo lo relacionado con nuestro país, tanto el idioma como la cultura. Castellón y Rumanía, que han tenido vinculación hasta el momento por el fenómeno de la inmigración, se unen esta vez por el deseo de conocer el castellano. Castellón es la provincia española con mayor número de rumanos en relación a su inmigración total. En este caso se trata de un centro de élite, pero sin duda la iniciativa es una vía para promocionar nuestra provincia y favorecer un mejor conocimiento de la misma a través de testimonios que seguro gracias al buen trato pueden ser importantes para que Castellón gane en imagen.

Y es que, en el momento de mayor auge del éxodo rumano a España, según un estudio dirigido por Ramón Tamames en 2008, de Saatchi@Saatchi, el caso de Castellón merecía un tratamiento especial en un país donde el número de habitantes de aquel país con permiso legal de residencia había pasado de algo más de 3.000 en 1999 a más de 600.000 en 2008. El empuje económico de Castellón, con grandes posibilidades laborales, unido al rechazo por parte de la población autóctona a trabajos de baja cualificación, motivo que hasta uno de cada dos inmigrantes fuera de nacionalidad rumana. Hasta el 75% de los rumanos reconocía contar con algún familiar o un amigo en España.