​Los salarios precarios y la situación económica insostenible tras la revolución de 1989 hace que muchos emigren a Italia y a España, por similitud cultural. El origen de su idioma es el latín y los rumanos se consideran latinos. Dicen que para ellos es mucho más fácil aprender el español que, por ejemplo, el alemán.

La mediadora social, Daniela, asegura que la imagen que se tiene en Extremadura de Rumania está muy distorsionada, y no se ajusta a la realidad.

“Muchos rumanos tienen su propio huerto y son autosuficientes. Siembran para ellos mismos. Quienes tienen una parcela de tierra no la dejan para emigrar a España, viven como pueden con lo que tienen. Pero no son gitanos. Somos diferentes hasta en la piel o en el color del pelo”, comenta la joven, que se muestra optimista con una crisis que sigue sin tocar fondo.

La economía rumana depende de la exportación de materias primas y productos agrícolas, aunque es uno de los principales productores de petróleo de Europa. Pero los sueldos son bajos. En Rumania un profesor cobra 250 euros al mes y “los precios de alimentación y ropa son los mismos que en cualquier país de la UE”, señala Daniela. Es un país rico en cuanto al turismo ya que por sus tierras cruza el río Danubio, y pueden elegir entre la playa, del mar Negro, o la montaña, de los Cárpatos.