El sentimiento de frustración de los jóvenes que nacieron en la Europa del este unos años antes de que cayera el telón de acero se acrecienta cada día que pasa y se sienten como una generación ignorada. Con la mirada puesta en la esperanza, aún parece lejano que se distancien de un sistema atroz por la indiferencia de sus gobernantes que sólo están interesados en ellos mismos en vez de los problemas de la población.

Nicolae CeausescuFoto: Rompres

Muchos ciudadanos creen que están gobernados por la misma calaña, que dominó sus respectivos países durante 40 años, bajo otra piel y se cuestionan por qué razón no se movilizan, por qué no hay un 15-M en la Europa del este. Además, la escasez de información sobre los balcanes, como denuncia el agente literarario Christian Martí-Menzel, evidencia que el mundo sigue con la mirada hacia otro lado.

En Rumania, la gente se muestra desilusionada e incapaz de cambiar la mentalidad de su políticos, que se aferran al poder con más fuerza que nunca, y ven cómo sus única perspectiva de sobrevivir pasa por marcharse de su país natal, idea que llegó a impulsar el propio presidente rumano, Traian Basescu, con el objetivo de atraer más remesas y esquivar las secuelas de la crisis financiera mundial.

Mientras tanto, Bucarest se muestra muda ante la prescripción de muchos casos de corrupción de importantes miembros del Parlamento o personas implicadas en la Securitate, la policía temible del régimen estalinista de Nicolae Ceausescu.

A través de esta columna, se pretenden acercar momentos cruciales y candentes de una época que ha caído al olvido, pese a que sus reminiscencias persisten en la idiosincrasia rumana. Se trata también de un grito a la esperanza, de una manera de reconocer lo que uno vivió y salir de ese cascarón del que estuvo inmerso durante mucho tiempo.

El nombre "Comité La Pirenaica" mezcla el Comité Central ensalzado por la figura del "Conducator" y la emisora La Pirenaica, fundada por el Partido Comunista de España como medio de propaganda durante los años del franquismo y que fue trasladada a Bucarest en 1955 sin motivo aparente.