Un documental del canal ARTE intenta demostrar que algunos laboratorios occidentales han utilizado a muchos pacientes de la Europa del este para sus pruebas clínicas. La cadena relata algunos casos en Alemania del este antes de 1989.

Pharmatests a lEstFoto: captura Arte

"Tras la caída del muro de Berlín, las nuevas reglas federales obligaron a los laboratorios occidentales a que se marcharan a otros países vecinos. Los polacos y rumanos se convirtieron en cobayas humanas", explican los periodistas de Arte, que pusieron a Corneliu Nedelcu como el único ejemplo en el país cárpato.

Nedelcu sufre una enfermedad diabética que le ha afectado a un ojo. El enfermo pagó una suma de 150 euros a la oftalmólogo Narcisa Ianopol, quien realizó una estudio experimental fallido con un medicamento que no fue aprobado por la Agencia Nacional de Medicamentos.

El paciente descubrió el estudio impulsado por Ophthalmological Association Edelweiss después de que fuera tratado. La médico desapareció sin dejar huellas, según el documental ARTE, y tampoco se encuentra a la Asociación Edelweis.

Algunos responsables del Ministerio de Sanidad rumano declararon a ARTE que las peticiones de autorización para estudios clínicos crecieron en Rumania, hasta 275 en 2008. Sin embargo, su número descendieron a partir de ese año por las normas de la Unión Europea.