La segunda ronda de las elecciones presidenciales de Rumanía, que se resolverá este domingo, está marcada por la polémica en torno al voto en el extranjero, sobre todo en Europa, donde miles de rumanos se quedaron sin votar ante la falta de suficientes colegios electorales, cuentaLa Vanguardia, que recoge un reportaje la agencia EFE.

Votul in ParisFoto: Cristina M

Las colas de varias horas en los consulados en algunas ciudades europeas generaron un enorme malestar entre la diáspora rumana que protestó ante sus legaciones en ciudades como Londres, París y Múnich, entre otras.

Allí, el día de las elecciones, cientos de rumanos que no lograron votar gritaron ante los consulados "Vrem sa votam" (queremos votar) y "Jos Ponta" (abajo con Ponta).

La tensión alcanzó tal punto que en París fue necesaria la intervención de la policía para evacuar la embajada rumana, a donde miles de personas de toda Francia se habían desplazado para depositar su voto.

También en Rumanía hubo protestas en ciudades como Cluj-Napoca, Timisoara y Bucarest, donde miles de personas salieron a las calles para defender el derecho al voto de la diáspora rumana, estimada en unos 3,5 millones de personas.

"Ha organizado las elecciones en el extranjero de manera execrable", espetó esta semana el candidato liberal opositor Klaus Iohannis a su contrincante socialdemócrata y primer ministro, Victor Ponta, quien se escudó en la ley electoral rumana.

En un intento de calmar los ánimos y no comprometer más al jefe de Gobierno, el ministro de Exteriores, Titus Corlatean, anunció el lunes pasado su dimisión como responsable político del escándalo.

Mientras, los candidatos que se disputan la presidencia endurecieron su discurso en medio de la creciente polémica.

Ponta, al que las encuestas dan como ganador con el 55 % de los votos, dijo que su rival trata de "cautivar el voto" del exterior.

Iohannis, por su parte, le acusó de "entorpecer" el sufragio de la diáspora, proclive a optar por el centroderecha opositor.

De hecho, en la primera vuelta, de los apenas 161.000 emigrados que finalmente pudieron acudir a la urnas, un 46 % votó por Iohannis, mientras que Ponta obtuvo solo un 15 %.

Según el analista y periodista rumano Dan Tapalaga, "existe el riesgo de que toda la atención se concentre ahora en el voto exterior", mientras que en otras regiones de Rumanía hay sospechas fundadas de intentos de manipulación electoral por parte del Gobierno de Ponta.

"Han aparecido votos dudosos en zonas donde no hay observadores liberales. Si la oposición no envía personas a esos colegios electorales, entonces que no se queje de un posible robo", advirtió Tapalaga en unas declaraciones a Efe.

Mientras que el Gobierno justifica su negativa a incrementar el número de centros electorales fuera del país con la legislación vigente, la Oficina Central Electoral insiste en que sí se podría aumentar a través de un decreto ley.

Pero Ponta se ha negado a tomar esa medida, alegando que "si se cambian las reglas de juego durante el proceso electoral se anularían las elecciones".

Al mismo tiempo, la prensa local ha revelado que en Italia y España, donde en total residen unos 2 millones de rumanos, varios ayuntamientos se han ofrecido para acondicionar colegios electorales adicionales.

Según el alcalde de la localidad madrileña de Torrejón de Ardoz, Pedro Rollán Ojeda, se ofreció tres veces a la embajada rumana en Madrid un colegio electoral adicional para facilitar el voto de la diáspora rumana en esa ciudad, de cuyos 125.000 habitantes un 10 % son rumanos.

"No entendemos por qué se ha eliminado, cercenado nuestra voluntad para que nuestros vecinos rumanos puedan votar dentro de su localidad", dijo el alcalde español al canal rumano Digi24.