Se celebró en la noche del miércoles el segundo y posiblemente último debate antes de la segunda ronda de las presidenciales de Rumanía. El candidato de la Alianza Cristiana Liberal y alcalde de Sibiu, Klaus Iohannis, se presentó con una táctica elaborada que se vio reflejada en un lenguaje directo que incluso llegó a sorprender a su rival socialdemócrata, el primer ministro Victor Ponta.

Dezbatere Iohannis-PontaFoto: captura B1 TV

Estratagema de ajedrecista

Como un buen estratega de ajedrez, Iohannis evitó contacto visual con su oponente todo el tiempo mientras este último hablaba. De este modo, pretendía que Ponta se pusiera nervioso y forzarle a equivocarse delante de las cámaras.

Este hecho fue remarcado varias veces por Ponta al señalar que le gusta dirigirse a las personas, afirmación que le valió a Iohannis para decir que “yo soy una cosa”, en una clara alusión a la declaración del socialdemócrata “soy rumano”, mientras que “Iohannis es una cosa”.

Cuando terminaba de hablar Ponta, el candidato liberal giraba su cuerpo hacía él y lo miraba fijamente para exponer sus ideas de manera más enérgica que en la noche anterior.

Consciente también del carácter mediático del primer ministro, Iohannis rechazó interpelar a su contrincante para evitar dar pie a que siguiera explayándose.

La moderadora, casi impecable

La periodista Madalina Puscalau disfrutó de un día para preparar el esquema del debate con dos minutos por pregunta para cada candidato y un minuto de réplica.

En general, ambos adversarios respetaron su tiempo bien marcados por un timbre intermitente que anunciaba el final de su tiempo.

Puscalau se limitó a ir al grano pero dejó en evidencia a Iohannis al preguntarle si quería ampliar algunos minutos el debate para hablar de política exterior –tema casi tabú pese a que se trata de una de las competencias más importantes de un presidente rumano. Éste se negó: “Nos atenemos a lo acordado”.

Pero este error de falta de tiempo se debió a que Puscalau se extendió con las preguntas sobre la corrupción, que incluso aburrieron por instantes mientras se lanzaban acusaciones recíprocas constantemente.

Aún así, Iohannis agradeció a la moderada por su profesionalismo al término del debate.

Corrupción y Ley de Amnistía

Ambos candidatos se centraron en enumerar los numerosos colegas de partido que han sido condenados o presentan una causa penal. Mientras que Iohannis desplegó una lista de 38 miembros socialdemócratas a los que se les debe levantar la inmunidad parlamentaria, Ponta se cegó en tres compañeros de Iohannis perseguidos por la justicia.

Contra uno de ellos, miembro del Senado, el primer ministro pidió la dimisión obligada. Este ataque fue respondido de manera contundente: “Convoque el Parlamento para rechazar el viernes la ley de amnistía” de los parlamentarios.

Es más, Iohannis estuvo más ágil y le interpeló si reconoce alguna instancia por el supuesto plagio de tesis doctoral que fue comprobado por una comisión de ética.

Más bien fue una noche que Ponta deberá olvidar. El socialdemócrata acusó a Iohannis de restituir terrenos a instituciones públicas o pudientes de Sibiu, pero el candidato conservador le contestó que la institución que aprueba las restituciones está subordinada al Gobierno.

Otra ofensiva de Iohannis estribó en mostrar una fotografía en la que aparece Ponta con un sinfín de barones corruptos del partido socialdemócrata.

Ambos candidatos reiteraron su defensa de la independencia judicial y de la Dirección Nacional Anticorrupción (DNA).

Pensionistas

El tema de los pensionistas es uno delicado en Rumanía por la sencilla razón porque hay más personas jubiladas, más de cinco millones, que asalariados. Lo que puede ser un problema para la economía rumana resulta una ventaja para que los políticos puedan conseguir más votos fácilmente.

Iohannis enseñó tarjetas de pensionistas que cobran mucho menos de los 350 lei que Ponta señala, cierto está que no es una muestra de orgullo hablar de cómo vive este segmento de la población de Rumanía, el segundo país más pobre de la Unión Europea.

La sombra de Basescu

En escena volvió la imagen del presidente saliente Traian Basescu siempre en boca de Victor Ponta, quien esta vez recibió una estocada de un claro vencedor en el debate.

Le rió mientras realizaba un discurso populista de Ponta, instante en el que el candidato PSD se enfadó y lo comparó con Basescu.

“Ahora he visto a Basescu una vez más, con el mismo fariseísmo, confiado en que engaña a los rumanos de nuevo. Viviré en Rumanía sin Basescu e Iohannis”, afirmó Ponta.

“Entonces Basescu engañó a los rumanos cuando le nombró primer ministro? A mí me rechazó, a usted le designó”, remató Iohannis al final del debate.

¿Tercer debate?

Raro si Iohannis decide entrar en la boca del lobo, en la casa de Antena 3, de Voiculescu, entre rejas por corrupción.

Al final, Iohannis cedió a las presiones de los socialdemócratas para debatir en terreno ajeno pero este último excede algunos límites, aunque su rival querrá enfrentarse de nuevo para la revancha antes de la segunda ronda del domingo.

Conclusiones

Iohannis se sintió tan cómodo ante las cámaras que ni siquiera preguntó por el tiempo en ningún momento, pero no tiene muchos motivos para sentirse eufórico. Debe volcarse por los votos de las grandes ciudades y controlar los colegios de las regiones más pobres del país.