Klaus Iohannis ha declinado la oferta de Victor Ponta de realizar cuatro debates en cadenas de televisión por considerarlas proclives al candidato socialdemócrata. Por su parte, Ponta tampoco ha aceptado lapropuesta del presidente Basescude realizar un único debate en Cotroceni. A falta de una semana para la segunda vuelta las esperanzas de ver un cara a cara Ponta-Iohannis parecen desvanecerse.

Ponta si IohannisFoto: Hotnews

Iohannis tiene razón

El pasado jueves Klaus Iohannis afirmó durante una rueda de prensa en Cluj: “El candidato Ponta ha establecido que deben hacerse cuatro debates, en qué televisiones deben realizarse e incluso los temas a tratar. Nos enviaron la propuesta por fax y se acabó. Estas fueron sus negociaciones. Algo así es inadmisible en una democracia”.

Victor Ponta propuso la celebración, de lunes a jueves, de cuatro debates electorales en televisiones proclives a su candidatura: B1, Realitatea TV, Romania TV y Antena 3.

…pero equivoca la estrategia

Salvo en países que poseen unas normas preestablecidas respecto a los debates electorales - como es el caso de EE.UU., donde una empresa mass-media dirigida al 50% por demócratas y republicanos decide quién moderará los debates, en qué cadenas y cuál será la temática- , el candidato que parte con ventaja en los sondeos electorales trata de imponer –e incluso evitar- las condiciones para su celebración.

Existen dos precedentes en Rumanía de debates que pudieron influir en el resultado final en unas presidenciales:

- En 1996, el candidato conservador Emil Constantinescu preguntó directamente al presidente Ion Iliescu: “¿Cree en Dios, señor Iliescu?”. La respuesta dubitativa del aludido, en un país con tanta influencia de la religión, movilizó a un gran número de electores. Constantinescu ganó por 9 puntos porcentuales la segunda vuelta.

- Antes de la segunda vuelta de 2009 el candidato socialdemócrata Mircea Geoana tenía una ventaja en las encuestas respecto al candidato conservador Traian Basescu de 52-48%. En el debate, Basescu obligó a reconocer a Geoana que se había reunido en secreto con Sorin Ovidiu Vantu, lo que provocó que la campaña se centrara en los últimos días en la influencia de estos controvertidos hombres de negocios sobre los partidos políticos.

Victor Ponta trata por tanto de evitar el repetir los errores de sus compañeros de partido.

Todas las encuestas otorgan a Victor Ponta una ventaja de cara a la segunda vuelta de entre 7 y 10 puntos porcentuales e incluso los sondeos en el interior del PSD amplifican la ventaja a 14 puntos. Ponta sabe que él es quien tiene más que perder y por eso trata de imponer el lugar y los temas a tratar. Es una actitud impropia de un candidato con fuertes valores democráticos, pero obvia desde el punto de vista electoral.

Por ello es más incomprensible la postura de Iohannis y de su equipo de consejeros. Al candidato cristiano-liberal le correspondería hacer patente la injusticia de establecer el marco y la temática a tratar, pero debería aceptar esos debates en territorio comanche como el mal menor para tratar de revertir los sondeos.

Como ponen de manifiesto incluso algunos miembros del PDL en el interior de la alianza ACL, asistir a entrevistas con periodistas afines como Emil Hurezeanu, Rares Bogdan o Madalina Puscalau no parece la opción más adecuada para Iohannis a una semana de la decisiva cita electoral.