El Parlamento rumano pidió este miércoles la dimisión del presidente Traian Basescu a fín de “garantizar el prestigio y la independencia de la justicia”, al acusarlo de estar relacionado con un supuesto caso de tráfico de influencia de su hermano, que se halla bajo arresto preventivo.

Las dos formaciones políticas de centroderecha afines al jefe de Estado expresaron su malestar al ausentarse durante la votación, que terminó con 344 votos a favor, 17 abstenciones y ninguno en contra.

“El presidente Basescu ya no está en condiciones de asegurar el prestigio, la independencia, y la legitimación de la función presidencial”, motivo por el que debería asumir “su inmediata dimisión”, señaló la declaración no vinculante aprobada por el Parlamento.

“La implicación del hermano del presidente en actos de corrupción de extrema gravedad y sus relaciones con miembros del crimen organizado han perjudicado seria e irremediablemente a la institución presidencial”, prosiguió el texto.

Por su parte, Basescu no sólo descartó abandonar el pasado lunes su cargo sino que mostró su determinación para concluir su segundo mandato hasta las elecciones presidenciales, previstas para finales de noviembre.

Asimismo, el presidente insistió en negar su implicación al alegar que nunca intervino “directamente ni por intermediarios” en ningún asunto concerniente a la justicia.

Mircea Basescu pasó a arresto preventivo el pasado viernes durante 30 días por haber recibido 250.000 euros supuestamente para interferir a favor de un conocido jefe mafioso local, Sandu Anghel, condenado a ocho años y nueve meses por intento de asesinato.

La fiscalía indicó que Mircea utilizó su calidad de hermano del presidente para hacer creer que tenía influencia sobre los jueces y así conseguir que Sandu lograra una condena más pequeña.

Sin embargo, el acorralamiento judicial a la familia Basescu no se acaba ahí: uno de los dos yernos del presidente fue acusado de fraude el martes por el Departamento de Anticorrupción tras pedir la restitución de unos bienes confiscados durante el comunismo.

Sin duda se trata de un duro golpe para el presidente ya que su lucha contra la corrupción ha sido su principal bandera desde que llegó al poder en 2004.