El Tribunal de Bucarest concedió hoy la libertad por buena conducta al exprimer ministro rumano (2000-2004), el socialdemócrata Adrian Nastase, condenado a dos años de cárcel por el caso "Trofeo de Calidad", con dos votos a favor y uno en contra. Nastase salió a lo largo de la tarde del penitenciario de Jilava, a 12 kilómetros de la capital rumana, después de que la instancia rechazara el recurso del Departamento Nacional de Anticorrupción (DNA). "Me alegro de regresar a casa, al lado de mi familia y amigos. Durante unos días solamente me dedicaré a respirar la libertad de estar fuera y a pensar en los futuros proyectos", escribió Nastase en su blog tras conocer el veridicto del tribunal.

Blogul lui Adrian NastaseFoto: Hotnews

Nastase no tiene derecho a ser miembro de un partido político hasta junio de 2014.

Además, el expremier precisó que descarta realizar cualquier declaración y conceder entrevistas a los medios de comunciación.

El Alto Tribunal de Casación y Justicia culpó a finales de enero de 2012 a Nastase de haber abusado de su cargo a través del simposium Trofeo de Calidad en Construcción.

Los fiscales habían acusado al exdirigente del Partido Socialista de haber recaudado una cuantía de 1,6 millones de euros durante la ceremonia para financiar la campaña electoral de 2004, que llegó a perder ante el actual presidente de Rumanía, Traian Basescu.

Nastase, por su parte, había recurrido a la sentencia a la que calificó como “política” y había achacado a Basescu de hallarse detrás de las acusaciones: “Se trata de un intento de mantenerme lejos de la vida política". El socialdemócrata creó el actual DNA, quien precisamente lo llevó a sentarse en el banquillo ante un tribunal.

Según Anticorrupción, la Inspección del Estado en Construcción organizó esta gala que, mediante una tasa de inscripción entre 125 y 400 euros, se escondía una recolecta de dinero para subvencionar ilegalmente los gastos ocasionados a lo largo de su contienda ante el marinero Basescu.

La recaudación habría llegado a cuatro empresas controladas por personas cercanas a la familia Nastase. Desde estas compañías el dinero acabó en manos de otra firma que prestaba diferentes servicios en la campaña presidencial de los socialdemócratas.