Fui invitado a participar en la jornada de encuentros y formación que la consultora SARALU (www.saralu.eu) organiza anualmente en Timisoara con el objetivo de apoyar al desarrollo de la pequeña y mediana empresa. Se me solicitó hacer dos exposiciones. En la primera hablé sobre la importancia de la innovación en la empresa y en la segunda sobre la realidad exportadora rumana dado que los mercados exteriores configuraban el hilo conductor de la sesión, cuenta José Miguel Viñals en su blogRumanía Empresarial.

José Miguel ViñalsFoto: Hotnews

A mi presentación di el título, algo provocador, de “¿Seguro que queremos exportar?” El motivo es que continuamente gobierno y empresas hablan de la importancia del mercado exterior para el desarrollo de la economía rumana, pero la realidad parece ser otra. En los últimos años he oído además en demasiadas ocasiones decir por parte de algunas personas, incluso con altas responsabilidades, que la implantación de tantas empresas extranjeras en Rumanía no es buena cosa, dado que los beneficios de sus actividades no se quedan en el país sino que se envían a las sedes centrales, e incluso que hay conjuras internacionales cuyo mayor objetivo es mantener a Rumanía en la pobreza y que por eso el país sigue a la cola de la Unión Europea en tantas cosas. Como que a mí ni las barreras de ningún tipo ni el victimismo me atraen lo más mínimo, prefiero ver cuál es la realidad empresarial rumana, ya que saber lo que pasa es necesario si queremos arreglar una situación en lugar de pasarnos la vida tirando balones fuera y echando a los demás la culpa de nuestros males.

Exportar significa vender fuera de un país mercancía producida en ese país y por extensión vender servicios a compradores de otros países. Quise remarcar lo de mercancía y servicios porque por lo general cuando hablamos de exportar imaginamos grandes barcos en el puerto llenos de contenedores y listos para partir a lejanas tierras. Y sí, eso es exportar, pero también lo es vender a un extranjero un servicio de asesoría o servicios turísticos a todos aquellos que visiten el país por la razón que sea.

En los años previos a la crisis del 2009, Rumanía sufrió un enorme déficit comercial dado que un gran crecimiento en el consumo conllevó un muy elevado volumen de importaciones que las exportaciones no conseguían cubrir. La crisis cambió las cosas al desplomarse el consumo y al implantarse en Rumanía empresas de Europa occidental que buscaban poder producir más barato y vender fuera, con lo que las exportaciones crecieron con mucha fuerza al tiempo que las importaciones caían.

Hay que tener en cuenta la excelente ubicación geográfica de Rumanía que no me canso de recordar, así como el hecho de que alrededor nuestro hay un montón de países con unos 200 millones de consumidores, algunos de clase alta o muy alta, bastantes de clase media y media baja, y unos poquitos pobres, pero todos compran. Además Rumanía está en el centro mismo entre Europa Occidental y Asia Central, una zona de excelentes perspectivas comerciales y donde hace falta de todo y tienen mucho gas para pagar.

Esto en lo que respecta los productos físicos, es decir las cosas que se transportan y que aquí se fabrican muy barato. Pero luego están los servicios, muchos de los cuales se hacen por internet y pueden prestarse a todo el mundo, como por ejemplo servicios informáticos, o los que se puedan dar a los turistas que nos vienen a ver y que en su mayoría deberían venir de países cercanos pues son los más sencillos de atraer.

La tortuosidad de las flechas sobre el globo tiene más que ver con mi mal uso de la alfombrilla incorporada en mi portátil que con los trayectos reales de la información, y la diana de la derecha no es una invitación a bombardear Transilvania sino que delimita una circunferencia con radio de 400 km desde la región más conocida y turística del país. Una distancia de 400 km es lo que dos expertas en turismo de Pontevedra me dijeron que consideraban ellas como su radio de influencia turística, pues es lo que un turista podía hacer fácilmente en coche. Lo de circular fácilmente, hoy por hoy, en este país es casi una utopía, pero démoslo por bueno ya que parece que algunas autopistas estarán listas en 2016.

Cité entonces a mi atenta audiencia dos hechos relevantes y que seguramente desconocen:

  1. Las oficinas de representación comercial rumanas en España (no sé la realidad de otros países)  apenas disponen de ningún instrumento que sirva para ayudar a los exportadores rumanos que quieran vender en el mercado español. Simplemente pueden proveer con una guía de información general. Es decir, si yo, empresa rumana, produzco X en Rumanía y lo quiero vender en España no dispondré de demasiadas ayudas por parte de la representación económica de mi país. El objetivo de estas oficinas es básicamente informar sobre las oportunidades que para los inversores extranjeros representa invertir en la antigua Dacia… particularmente me parece un desperdicio.
  2. He asistido 2 veces a ferias internacionales de turismo acompañando a una agencia de Timisoara. La la foto es del Eibtm de noviembre 2014 en Barcelona. Esta feria se dedica al turismo de eventos, congresos de empresas,… es decir, los destinos se presentan como destino para un tipo de turismo de alto nivel. La otra feria a la que fui se centraba en el turismo convencional. En ambos casos el stand de Rumanía es enorme, bonito, y el gobierno rumano invita a unas cuantas agencias a participar cediéndoles gratuitamente un pequeño espacio. Pues señores, ni la una ni la otra valieron la pena. Los organizadores (el ministerio de turismo rumano) no disponía de ninguna documentación sobre el país, ni folletos, ni catálogos ni nada que atrajese al público, y si lo tenía lo escondía sacándolo sólo para la foto oficial o la visita de autoridades. Los visitantes interesados se iban sin nada. Tampoco las empresas asistentes prepararon ningún material serio, ni planos, ni ofertas, ni nada. Unos y otros parecían más interesados en cuándo podían irse a hacer ellos turismo y escapar de la feria que en atender al público. El momento estelar para mí fue cuando en el Eibtm sacaron los sarmale y el cerdo asado, delicias culinarias del país, sin duda, pero de relevancia cero para el promotor de congresos como factor de decisión a la hora de organizar un evento de 500 personas. A más inri, los sarmales nos los comimos entre nosotros, con lo que al promotor de congresos ni eso.

Ahí arriba digo que Rumanía lo tiene todo para ser un gran exportador, pero que sólo los extranjeros parece haberlo pensado. ¿Y esto por qué?

Pues porque tal como dice el artículo de la revista CAPITAL de 17 de febrero de 2015 que copio a la izquierda, el 83,25% de las exportaciones rumanas las hacen empresas de capital total o parcialmente extranjero. Es decir, que sin esos extranjeros malos que vienen explotan a los pobres trabajadores rumanos y se llevan los beneficios a sus países para bañarse en ellos cual Tío Gilito, Rumanía exportaría lo mismo que en 1989, cuando las empresas eran todas rumanas. Y no sólo eso, además el 40% de las exportaciones del país las hacen 50 empresas, muchas de ellas estrechamente ligadas al sector del automóvil, con loq ue esperemos que el sector no haga “pufff”.

Por tanto y a la vista de las estadísticas oficiales, me puede decir alguien ¿a qué se ha dedicado el gobierno y las empresas rumanas en estos casi 26 años en cuanto a exportar se refiere? ¿qué entienden por exportar? Yo ya sé lo que es una misión comercial de Cámara de Comercio rumana al extranjero, acompañé a una años atrás: 25 empresarios que a cargo de la empresa pasan una semana de vacaciones en una ciudad turística para ir de compras, a la playa y sacar fotos para facebook. ¿Reuniones de negocios? No gracias, se está mejor en la terraza de un bar.

Yo tengo una cierta fijación: considero que los seres humanos no hemos inventado nada demasiado importante, simplemente interpretamos muy mal lo que la naturaleza hace muy bien solita desde hace millones de años. Así que uso toda una serie de leyes del universo en que vivimos que intento aplicar en la empresa en mi día a día o cuando bien me acuerdo; por ejemplo los tres principios de la mecánica, formulados en su día por Galileo en parte por y Newton en totalidad:

Los enunciados reales los puede encontrar el lector en cualquier tratado de física o bien aquí:https://es.wikipedia.org/wiki/Leyes_de_Newton

Adaptados a mi exposición dicen así:

1º Si no hacemos nada no cambiará nada: lo decoraba negando la validez actual de nuestro refrán “El buen paño en el arca se vende”. Quien quiera vender tiene que hacer un esfuerzo.

2º El resultado que obtendremos dependerá del esfuerzo aplicado y de la resistencia que encontremos: El esfuerzo incluye muchas variables; evidentemente la inversión económica es una, pero también el tiempo, la paciencia, la dedicación, el respeto al trabajo de los terceros, la asistencia a ferias, la generación de una estrategia,…. La resistencia está ahí, y será mayor o menor según sepamos abordarla… sobre el hielo no me deslizo igual con botas de clavos que con patines, todo consiste en escoger el calzado justo….

3º Mi esfuerzo se verá recompensado con el premio justo, ni más ni menos: la suerte no existe, la suerte se la crea uno. Obtendré lo que dé. No es angeología, es pura física, toda acción se ve compensada por una reacción de igual magnitud y dirección pero sentido contrario. Es decir, si mi esfuerzo es poco o mal hecho el resultado también lo será. Y al revés también.

Es decir, si quieren exportar pónganse las pilas y pónganselas bien.

Acabé mi presentación ejemplificando la falta de interés real del empresario rumano que me solicita que le represente en España, pero no está dispuesto ni a hacer material de apoyo ni a firmar ningún contrato que asegure el reconocimiento de mi esfuerzo. Y el resultado lo espera para ya, y claro está, ninguno vamos a perder el tiempo. A esto me refería con lo de respeto por el trabajo de terceros.

Así que ya saben, empresarios españoles que hayan leído esto: las cifras muestran que Rumanía es una excelente plataforma de producción y de exportación, magníficamente ubicada y con personal preparado. No duden en venir a instalar aquí sus fábricas. Y no se preocupen que, como pasa en Asia, una empresa local les copie su producto y robe el mercado exterior. Por desgracia, y lo escribo con decepción y cierta rabia, el empresario rumano medio no tiene ningún interés real en exportar. Ojalá cambie.

José Miguel Viñals

Director General Diagonal Consulting SRL – Via Rumanía

Cónsul Honorario de España en Timisoara